tag:blogger.com,1999:blog-171880512024-03-13T18:57:59.771+01:00Desde mi fe, pero con razónHay quien piensa que fe es lo opuesto a razón. Hay quien piensa que los que tenemos fe no somos personas razonables. No comparto estas opiniones; y para mostraros que en la razón hay mucha parte de fe y que en la fe hay mucha parte de razón, es para lo que comienzo este blog (28-9-2005).José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.comBlogger477125tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-273538521802066052024-02-24T13:34:00.000+01:002024-02-24T13:34:24.005+01:00La Moral, esa gran desconocida.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Recientemente he asistido a una exposición sobre la situación de la Moral en nuestros días; y algunas de las ideas escuchadas me han resultado impactantes y quisiera compartirlas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Se reduce la moral al impacto emotivo que producen los actos humanos. Por esto, es más impactante la muerte de un animal, que puede verse, que la muerte de un feto, que no se ve, entre otros motivos, porque las clínicas abortivas se encargan de que no circulen imágenes de los niños descuartizados. Hace más daño a un joven respirar el humo de un cigarrillo que ver pornografía en la red, porque los efectos de aquello son visibles; pero los de esto no lo son.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">La moral es el ejercicio responsable de la libertad en orden al bien; y, para esto, lo primero que hay que hacer es pensar. Este es el reto del individuo occidental: pensar por sí mismo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">La libertad humana está condicionada (que no determinada) por la cultura social del lugar y el momento, sobre todo cuando se ha tratado de sustraer al hombre de su aprendizaje y su capacidad de razonar. El individuo occidental, formado por los medios de comunicación y las redes sociales, ha renunciado a pensar por sí mismo. Los intelectuales son los "<i>influencers</i>" y el individuo adopta sus ideas porque es más cómodo que pararse a pensar. En la sociedad occidental, defender una gran idea provoca molestias; y esa misma sociedad nos ha enseñado que la felicidad es vivir tranquilo. Este planteamiento es un gran error. La felicidad se consigue con la búsqueda del bien, al que todo hombre tiende por naturaleza. La cuestión es que a veces se acierta y otras veces uno se equivoca, alcanzando un fin que no es un bien real. Pero, cuando con nuestras decisiones acertamos con el bien, entonces es cuando se alcanza la auténtica felicidad, que es el objetivo de todo hombre.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Lo importante no es la ley moral, sino el encuentro con Cristo: el cristianismo no tiene que ser el cumplimiento de un reglamento moral, sino una historia de amor con nuestro Salvador. De este modo, a la Fe se llega por la Caridad; en ningún caso por la moral.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">No obstante, también es necesario el comportamiento moral. Pero, incluso cuando el individuo está dispuesto a ajustar su comportamiento a la moral, surge el dilema de. "¿qué es bueno y qué es malo?" Una manera práctica de comprobar si algo es bueno sería preguntarnos: si esta actitud se generalizase, ¿qué pasaría en la sociedad? De este modo, se evitan los subjetivismos que siempre son muy permisivos con la propia conducta: ¿si todos hiciesen esto que me apetece hacer -u omitir-, ¿qué pasaría? Con un lenguaje más actual, también podríamos preguntarnos: ¿esa actitud moral es sostenible? O resultaría imposible si se generalizase.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Unas cuantas ideas para pensar... ¡que es lo primero que debemos hacer!</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-17185953319618011172024-02-20T12:47:00.004+01:002024-02-20T12:47:00.132+01:00Estamos en Cuaresma<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Ya estamos en el tiempo especial que los católicos llamamos Cuaresma, dedicado a prepararnos para los acontecimientos determinantes de la salvación del hombre: la Pasión y Resurrección de Jesucristo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Se nos recomienda que lo afrontemos como un tiempo de conversión y arrepentimiento; y la clave es "<i>hacer la OLA</i>": <b>O</b>ración, <b>L</b>imosna y <b>A</b>yuno. En estas tres acciones se resume toda una actitud: tratar con Dios, ayudar al prójimo y mantener a raya el cuerpo. No es un mal programa, que, realmente, debería servirnos para todo el año.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero quizá históricamente se ha hecho hincapié en el tema de nuestros muchos pecados, por los que debemos hacer penitencia, porque fueron los causantes de la Pasión de Cristo. Personalmente, esto me resulta aplicable; pero he conocido otras opiniones que quizá sean más acordes con el espíritu evangélico.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">La primera es de Isaías 1, 16-18: <i><span style="color: #2b00fe;"><span class="text Isa-1-16" id="es-RVR1960-17672" style="text-align: left;">Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;<span style="background-color: white;"> </span></span><span class="text Isa-1-17" id="es-RVR1960-17673" style="text-align: left;"><u>aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda</u>. </span><span style="background-color: white; text-align: left;">Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos;<u> si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.</u></span></span></i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Resulta que hay otra forma de convertirse y quitar nuestros pecados, aunque fuesen "rojos como el carmesí", para dejarlos "blancos como la lana". Mejor que mortificar nuestro cuerpo o lamentarnos por nuestras caídas, lo que nos dice el profeta es que debemos aprender a hacer el bien, siendo justos y ayudando al huérfano y la viuda, al pobre y necesitado. Personalmente me gusta mucho más, aunque hacer algún sacrificio en señal de arrepentimiento por mis pecados, tampoco está de más.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">La otra opinión que he escuchado recientemente es de un cantante religioso que afirma -con toda la razón evangélica de su parte- que Cristo no murió en la cruz por culpa de nuestros pecados, sino porque nos amaba. De hecho, como dice una poesía, <i>le bastaba para redimirnos un suspiro o una lágrima de amor; pero quiso darnos toda su sangre...</i> Por eso: por amor.</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: white; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Es otra forma de afrontar este tiempo; y creo que más evangélica de lo que la tradición nos ha venido transmitiendo.</span></span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-40117658754950460762024-02-17T12:47:00.001+01:002024-02-17T12:47:21.412+01:00La Inteligencia Artificial (2)<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Continuando con la entrada anterior, lo que realmente me preocupa no es la técnica que pueda desarrollarse (evidentemente mucho mejor contando con el apoyo total de la informática), sino la actitud del hombre frente a la Inteligencia Artificial.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Desde Descartes, y pasando por Darwin, el hombre ha confiado más en su razón que en sus creencias. Lo cual no deja de ser incoherente, porque, si el hombre es la consecuencia de una evolución aleatoria y casual, ¿cómo confiar en que las conclusiones de su razón (algo aleatorio) puedan ser correctas? De hecho, desde que comenzó el siglo XXI, la conducta humana se está separando de la razón lógica y adoptando conductas realmente irracionales. La ideología de género es el mejor ejemplo de esto: la orientación sexual humana puede desvincularse de la biología, la ciencia y la lógica, dependiendo exclusivamente del deseo del momento.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">En mi perfil de WatsAPP, la frase que elegí fue: "<i>Solo puede fiarse de su razón quien sabe que ha sido creado por un Ser inteligente</i>". Si mi lógica depende de la casualidad, ya no puedo fiarme de mí mismo. Pero el hombre ha negado la inteligencia de Dios creador y confíó solo en su propia inteligencia y su razón. Pero ahora, al parecer, va a confiar en una inteligencia (la IA) ajena a cada uno e incontrolable. ¿Hemos rechazado un Dios creador y padre para entregarnos en brazos de una inteligencia artificial? ¿Negamos que nos haya creado una inteligencia divina; pero estamos dispuestos a dejarnos dirigir por una inteligencia artificial?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Esta es mi preocupación. La IA nos va a llevar a niveles tecnológicos insospechables; pero ¿será ese progreso parejo al progreso humano? El riesgo de quedarnos estancados e incluso retroceder en el progreso personal es altísimo: la Historia nos demuestra que el hombre siempre elige el camino más fácil y menos esforzado. En breve no haremos nada que la IA pueda hacer por nosotros.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Yo me pregunto: ante la adversidad, ¿será la IA quien me consuele? Ante la dificultad, ¿será al IA quien me aliente? Cuando equivoque el rumbo de mi vida personal, ¿será la IA capaz de recriminármelo? Pues, aunque así fuese, yo prefiero que todo esto lo haga una inteligencia natural; y si es divina, mucho mejor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">En su momento, utilizaré la IA como una herramienta más; pero mi confianza seguirá puesta en quien por haberme creado, sabe cuál debe ser mi rumbo.</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-43407903622148913262024-02-06T12:59:00.000+01:002024-02-06T12:59:20.388+01:00La Inteligencia Artificial<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">En primer lugar, quiero advertir que considero necesario que el hombre utilice para su progreso todas las herramientas que pueda conseguir. Por lo tanto, la informática es algo positivo que ha contribuido al progreso humano. Pero una cosa es servirse de una herramienta y otra muy distinta depender de ella. Y vistas las expectativas puestas en la Inteligencia Artificial (en adelante IA), me temo que en breve el hombre dependerá de la máquina.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Empezando por el principio, la IA ni es inteligencia ni es artificial. Me explico: la inteligencia es del hombre, que ha sido capaz de desarrollar la informática hasta este punto. Y no es artificial, porque la IA no aporta nada nuevo, simplemente aprende de todo lo que existe en la WEB [ojo, también de lo malo], hace una especie de resumen y lo utiliza para elaborar nuevos productos intelectuales. Esto tiene sus riesgos. Entre los profesionales se conocen casos de elaboración de informes por la IA que habían tenido en cuenta tanto la opiniones acertadas como las erróneas, llegando a conclusiones y afirmaciones disparatadas. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero el sentir general es de absoluta confianza en que la IA solucionará todos nuestros problemas (como si el principal problema del hombre fuese la técnica) y en el futuro no será el hombre quien diseñe máquinas, sino la IA quien le indique a este cómo vivir. ¿Exagero? ¿Dónde quedará el ingenio humano cuando sea la IA la que componga nuestras sinfonías, escriba nuestras novelas, pinte nuestros cuadros y elabore nuestras poesías? Pero si la IA se "nutre" de lo que ya existe en la WEB, ¿cómo crear algo nuevo? La realidad histórica es que la humanidad ha progresado utilizando unos los conocimientos de otros: en la Edad Media, occidente importó sabiduría y técnica de oriente; después fue al revés: occidente exportó conocimientos a oriente. Pero siempre existió la genialidad del individuo que variaba el rumbo introduciendo conceptos nuevos. ¿Será la IA capaz de inventar? ¿O nos condenará a un progreso técnico y un estancamiento humano? El futuro nos lo dirá.</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-36059821943976399292024-01-30T09:39:00.001+01:002024-01-30T09:39:00.158+01:00La conversión de San Pablo<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El pasado día 25 de enero se celebró la Conversión de San Pablo que viene relatada en el libro de Los Hechos de los Apóstoles (9, 1-22). El relato es precioso impactante, pero ¿qué es lo que convierte a San Pablo? Era un fanático perseguidor de los cristianos que los persigue hasta Damasco para detenerlos y entregarlos a las autoridades de los judíos; y en un instante cambia radicalmente de actitud. Esto podría deberse a que Dios le cambiase la mente, pero entonces no habría habido conversión ni libertad en su cambio de actitud. Repasemos qué es lo que ocurre.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Un resplandor le hace caer a tierra y oye una voz: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Lo llama por su nombre, demostrando así a que conoce a Pablo y que el que le habla está vivo, luego no murió en la cruz. ¿Será verdad que resucitó como proclamaron sus discípulos?, debió pensar Pablo. Le dice que le está persiguiendo a Él, porque Jesús ya había dicho: "lo que hagáis a uno de estos a mí me lo hacéis". El resucitado frena a Pablo para defender a los suyos; pero la mejor forma de hacerlo habría sido fulminar a su perseguidor. En vez de esto, lo interpela... ¿Sería el tono de voz como aquel otro que utilizó para que Pedro, Andrés, Nathanael y Mateo le siguiesen inmediatamente? Pablo siente que Dios no se lo recrimina (a pesar de que él estuvo presente y aprobó el martirio de San Esteban), sino que le insta a cambiar de actitud: debe seguir prestando un servicio a Dios, pero no persiguiendo cristianos, sino difundiendo su doctrina.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Con seguridad, Pablo sintió el amor de Cristo hacia él y hacia los demás cristianos; y esto es lo que lo enamoró, lo que pudo provocar un cambio tan radical. Simultáneamente, se queda ciego, como para ratificarle que tendrá que volver a buscar el camino. Se le dice que se ponga en contacto con los cristianos de Damasco, de los que recibe las primeras enseñanzas y, después, se retira unos meses al desierto, para orar y meditar sobre su nueva misión. El furibundo Pablo se deja llevar, enseñar y, pacientemente, espera a descubrir su nueva vocación. Y acabará siendo el apóstol más activo, el que evangelizó a los gentiles y llegó a más lugares; y recapituló la primera teología sobre el cristianismo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Estos son los tres pasos para una auténtica y profunda conversión: encuentro con Cristo, conocimiento de su enseñanza y puesta en práctica y difusión de lo aprendido. Sin ese encuentro primero, no se suscita el amor que será necesario para no considerar "necedad" la doctrina y para obtener la fuerza para proclamarla. Y mantener a raya ese "aguijón de muerte" del que Dios no le quiso librar: "te basta mi gracia", le respondió (2Cor. 12 7-10).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-61974483848723724042024-01-28T17:12:00.001+01:002024-01-28T17:12:00.143+01:00Dios no es un árbitro<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Cuando se reduce el cristianismo a una mera moral, entonces se considera a Dios como un árbitro que está observando nuestro juego para que no se produzca ninguna infracción (pecado) al reglamento (código moral). Esta reducción del cristianismo es muy triste, además de equivocada. El cristianismo no consiste en evitar el pecado, en tener una "hoja de servicios" intachable, sino en practicar las virtudes y la caridad. El cristianismo es la adhesión de nuestra voluntad al mensaje de Cristo, es actividad, en definitiva: es amar a Dios y al prójimo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Dios no es el árbitro que nos controla, ni el inspector de hacienda que revisa nuestros actos. Más bien creo que es todo lo contrario: ante nuestros constantes fallos quizá se hace el despistado, para no recriminárnoslos, esperando que seamos nosotros los que rectifiquemos la conducta o nos arrepintamos. Cristo, durante su vida en la Tierra no hizo otra cosa: tus pecados te son perdonados, les decía a los que se acercaban para pedir curaciones. Porque creo que está buscando cualquier indicio de arrepentimiento o acercamiento por nuestra parte, para perdonarnos... Como hace cualquier Padre con el hijo al que ama...</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">¡Que pena que durante siglos -y en parte también ahora- se haya presentado a Dios como verdugo! </span></p><p><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-13254205454887430722024-01-25T17:46:00.000+01:002024-01-25T17:46:41.098+01:00La unidad de los cristianos<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Estamos en la semana de oración por la unidad de los cristianos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Cristo le pidió al Padre: </span><span style="background-color: white;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><i>para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros (Jn 17, 21)</i></span></span><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">. Y este es el objetivo: que los cristianos, los que seguimos las enseñanzas de Cristo, estemos unidos en una sola Iglesia. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Al principio así era, aunque hubiese controversias y herejías. Después los orientales se separaron de la obediencia al Papa y formaron sus propias Iglesias coincidentes con áreas geopolíticas y gobernadas por un Patriarca en cada una de ellas. Es decir: los que se separaron de la cabeza instituida por Cristo fueron ellos, dicho con todo el afecto del mundo, porque en realidad profesan la misma doctrina que los católicos, con un rito mucho más elaborado y clásico. Pero lo determinante fue que, al separarse, también ellos se dividieron en diferentes patriarcados. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Más tarde, Lutero y otra serie de líderes religiosos (Zuinglio, Calvino, etc...) rechazaron la obediencia al Papa -al que calificaron de corrupto-, instituyendo la libre interpretación de los textos sagrados; y crearon sus propias Iglesias, llamadas en general Protestantes. Es decir: no solo fueron ellos los que se separaron de la unidad de la Iglesia Católica, sino que tampoco mantuvieron la unidad en sus iglesias: Luteranos, Calvinistas, Metodistas, Baptistas, Pentecostales, Evangélicos, Reformados, etc... Pero incluso dentro de cada una de estas confesiones, existen grupos carismáticos que siguen a un pastor concreto. En la actualidad, se registran más de 23.000 de estos grupos o sectas (en el buen sentido de la palabra).</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Poco después la Iglesia Anglicana se separó de la obediencia al Papa. Mejor dicho, Enrique VIII separó a los que le obedecieron, sometiéndolos a su autoridad como nueva cabeza de la iglesia; y a los que no le obedecieron, les separó la cabeza del cuerpo y se acabó la discrepancia. Es decir: fue el monarca quien se separó de la unidad que entonces perduraba en la Iglesia Católica. Pero incluso los anglicanos se han dividido en varias "comuniones": la Anglicana de Inglaterra; la </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Presbiteriana de Escocia y la Protestante Episcopaliana de Estados Unidos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Resumiendo: La conocida como Iglesia Católica es la que sigue unida a una cabeza al que considera como sucesor de Pedro, instituido por Cristo y que se estableció en Roma. Después se fueron separando diferentes Iglesias, que además no permanecen unidas en su propia discrepancias (protestantes) o en su unidad de gobierno (ortodoxos); y está la Iglesia Anglicana, escindida según regiones y que desde finales del siglo XX cada vez está más lejos de su propia tradición, llegando incluso a ordenar mujeres y consagrar obispos que mantienen relaciones homosexuales declaradas.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">La unidad de los cristianos no solo es un objetivo a alcanzar, sino el expreso deseo de Cristo. Pero debería comenzar por la unidad interna de cada uno de los grupos que existen en el cristianismo. Porque, si no es así ¿con cuál de esos grupos nos uniríamos los Católicos?</span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-91656923975140293862024-01-16T18:31:00.001+01:002024-01-16T18:31:00.138+01:00Un papa tolerante ¿es una contradicción?<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Se ha estrenado una nueva película en contra de la Iglesia Católica (por supuesto, no citaré ni el título ni el director, para no darle una publicidad que no se merece). ¿Es esto malo? Yo creo que no. Si lo que esa película revela fueron hechos reales y erróneos, nos servirá su denuncia para evitarlos en el futuro; si nos falsos, nos servirá la denuncia para nuestra humildad y recordar que la Iglesia está formada por hombres como los de cualquier otra sociedad y que estos cometen errores como los demás. Lo que sí sería grave es que esos errores se ocultasen para preservar el prestigio de la Iglesia y que por estar ocultos no se corrigiesen, lo que ocurrió en ocasiones con los casos de pederastia.<br />Pero el objetivo de esta entrada es comentar la frase del director de dicha película que afirmó 8seguro que para crear polémica y aumentar la notoriedad de su obra): "Un Papa tolerante es una contradicción". Se refería a que las religiones deben basarse en dogmas absolutos y deben proscribir la tolerancia. Me vais a perdonar, pero creo que ese señor no tiene ni la más puñetera idea de lo que es el cristianismo. y que jamás se ha leído el Evangelio.<br />Un Papa tolerante es precisamente lo que debe ser un Papa. El Papa no es más que el continuador del mensaje de Cristo; y debería parecerse a Él lo más posible. Pues bien, Cristo, que en su esencia no modificó nada de la tradición monoteísta judaica, sí introdujo de forma incontrovertible la tolerancia: "misericordia quiero que no sacrificio". Mantuvo el dogma, pero lo aplicó con misericordia al hombre: "el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado". Con respecto a la moral sexual fue estricto: "todo el que mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio con su pensamiento". Pero cuando le traen a la mujer adúltera para lapidarla, la perdona: "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra"; y después "¿nadie te ha condenado? Vete en paz y no peques más..."<br />El Cristianismo es una religión dogmática, con normas, como cualquier otra institución (ver las entradas anteriores sobre los dogmas y su transgresión); pero aplica esos mismos dogmas a los hombres con la misericordia que se merecen como hijos amados por ese mismo Dios que dictó las normas.<br />Un Papa tolerante NO es una contradicción, sino un buen Papa; un cristiano intolerante SÍ es una contradicción...<br /> </span></div>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-64402695331358405342024-01-14T18:18:00.001+01:002024-01-14T18:18:00.255+01:00La transgresión del dogma.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Las normas están para cumplirlas, esto es claro. Pero lo importante es saber qué pasa cuando se incumplen; y esta consecuencia es la que deberíamos tener en cuenta a la hora de determinar si un reglamento es "absoluto" o es "humanitario".</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pues bien: si incumples la norma de que "dos y dos son cuatro" nunca podrás acertar en matemáticas. Si te "saltas" un semáforo rojo, te pondrán la consiguiente multa, aunque alegues que tenías mucha prisa. Y si cometes una falta dentro del área, serás castigado con un penalti y, seguramente, a tu equipo le metan un gol. Habitualmente, el incumplimiento de la norma conlleva el castigo con independencia de la intención del infractor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Con respecto a la religión, en la antigüedad había que aplacar a los dioses con sacrificios humanos (nunca en la tradición judeocristiana). La blasfemia se condenaba con la lapidación en el antiguo Judaísmo y en algunas zonas del Islam. Ignoro lo que ocurría en otras religiones... Pero puedo afirmar que en el cristianismo, cuyos dogmas son absolutos, la blasfemia -uno delos peores pecados- se perdona con el simple arrepentimiento. El adulterio tanto en el antiguo judaísmo como en el Islam puede castigarse con la muerte, porque atenta contra el orden social familiar. Este mismo orden social es defendido por el cristianismo; pero el adulterio se perdona con e arrepentimiento... Las relaciones sexuales extramatrimoniales están proscritas en el Cristianismo. En algunas religiones y sociedades (nazismo, comunismo) la homosexualidad no solo estaba proscrita, sino que le costaba la vida al homosexual. En el Cristianismo, la práctica sexual extramatrimonial se perdona con el arrepentimiento y el propósito de enmienda.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Son los dogmas católicos absolutos: sí, sin duda, como cualquier otra norma. Pero una cosa en la exigencia estricta del dogma y otra muy distinta, la repercusión que tiene su infracción: el Cristianismo aplica con misericordia a los humanos dichos dogmas. Sí, ya sé que hay personas que no obran así, incluso hubo épocas en que este no fue el criterio; pero en el Cristianismo eso fueron excepciones, no reglas habituales.</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-73484984835990690712024-01-12T18:52:00.006+01:002024-01-12T19:05:23.277+01:00El dogma ¿es absoluto?<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Se critican los dogmas de la Iglesia Católica porque se los tilda de "absolutos". Entendería que dichas dogmas gustasen o no gustasen; pero no entiendo que se los critique por ser "absolutos".</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">¿Es que hay alguna norma "relativa"? Todas las normas son absolutas, porque, de lo contrario, no serían normas. </span></p><blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><u>Dos y dos son cuatro</u>, con independencia de lo que le parezca a cada uno, o de que sea un experto matemático o un analfabeto. Dos y dos son cuatro, incluso si no lo sabes. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><u>Un semáforo rojo no se cruza</u>, con independencia de la prisa que uno tenga o de la intención con la que se conduzca. ¿Qué pasaría si se dijese: es mejor que no se crucen los semáforos rojos; pero que cada uno lo interprete en conciencia? Sería un caos circulatorio.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><u>Una falta dentro del área es penalti </u>en el futbol, aunque el jugador la haya cometido con la muy loable intención (para su equipo, claro) de evitar un gol; es algo que no se deja a la conciencia del jugador. Si el reglamento del futbol se dejase a la interpretación de los jugadores, ¿sería este un deporte tan bonito y emocionante como lo es?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><u>Si uno corre por la cancha sin botar el balón, en Baloncesto se considera "pasos"</u> y es falta. Si se permitiese a los jugadores sujetar con ambas manos el balón mientras recorren rápidamente la cancha, eso se parecería más al rugbi que al baloncesto. Sin embargo, en el rugbi lo que no se permite es pasar el balón a un jugador que esté más adelantado, cosa que está permitida en todos los demás deportes: ¿es fanatismo? No, es la reglamentación lógica para ese deporte.</span></p></blockquote><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">¿Criticamos estas normas que he enunciado por ser absolutas? No, claro. Pues lo mismo ocurre con la religión: tiene sus normas, que deben ser absolutas o no serían normas. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Otra cuestión es qué pasa cuando se transgrede una norma... Y esto lo veremos en la siguiente entrada.</span></p><p><br /></p><p><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-86263164944803933292024-01-04T17:28:00.002+01:002024-01-12T19:01:12.294+01:00Fiducia Supplicans: confianza suplicante (y 2)<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Una vez vistas en la entrada anterior las características de las bendiciones, veamos cómo pueden impartirse a las personas en situación moral irregular.</span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El hecho de que no deba someterse a escrutinio previo a quien pide una bendición, es el motivo por el que el sacerdote puede unirse a la
oración de aquellas personas que, aunque estén conviviendo de forma moralmente
reprobable, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda,
dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida. Si
todos estamos necesitados de la gracia de Dios para seguir su camino, ¿cómo negársela
a quienes no encuentran fuerzas para seguirlo? Es cierto que la Iglesia solo
admite como matrimonio el natural, es decir: «la unión exclusiva, estable e indisoluble
entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos»; y solo en
este contexto las relaciones sexuales encuentran su sentido natural, adecuado y
plenamente humano. Por esto mismo, el sacerdote no puede conferir su bendición litúrgica
cuando ésta, de alguna manera, pudiese interpretarse como una forma de legitimar moralmente una práctica sexual extramatrimonial o entre personas del mismo sexo. Pero, por el contrario, sí puede ofrecer su bendición y suplicar el amparo de Dios sobre aquellos que,
reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la
legitimidad de su propia situación, sino que ruegan que todo lo que hay de
verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido,
santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">En todo caso, el sacerdote, en la oración breve que puede
preceder a la bendición espontanea, podría pedir para ellos la paz, la salud,
un espíritu de paciencia, diálogo y ayuda mutuos, pero también la luz y la
fuerza de Dios para poder cumplir plenamente su voluntad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Jesucristo dijo: si me amáis cumpliréis mis mandamientos. Y
esto es cierto; pero también lo es que, queriendo amar —a Dios, al cónyuge o a
los hermanos— la debilidad humana hace que la manifestación de ese amor no sea
constante e incurra frecuentemente en fallos. En ocasiones, esa misma debilidad o determinadas circunstancias o hábitos adquiridos, pueden impedir esa
demostración de amor que consiste en el cumplimiento de los mandamientos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El Papa Francisco nos recuerda que «un pequeño paso, en
medio de grandes límites humanos, puede ser más agradable a Dios que la vida
exteriormente correcta de quien transcurre sus días sin enfrentar importantes
dificultades».<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Por esto, la declaración Fiducia Supplicans (confianza
suplicante) del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, excluyendo cualquier acto
que pueda legitimar situaciones que no son legítimas, aprueba la bendición
sobre las personas que se encuentres en dichas situaciones; y dejemos que sea Dios
—que conoce lo más íntimo de los corazones humanos— quien los juzgue.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-89659746467121720102024-01-03T17:25:00.012+01:002024-01-12T19:04:38.969+01:00Fiducia Supplicans: confianza suplicante.<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Recientemente se ha publicado un documento vaticano sobre el
sentido pastoral de las bendiciones: la declaración <i>Fiducia Supplicans</i> (confianza suplicante). En concreto, el documento viene a clarificar la cuestión
sobre las bendiciones de personas que conviven en situación irregular [en
pecado, dirían los técnicos] pero que quieren seguir practicando la religión católica.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El documento explica el concepto y alcance de las
bendiciones. Afirma que cualquier elemento de la Creación puede ser bendecido,
desde las personas hasta las cosas o lugares, incluso las actividades. El
objetivo de las bendiciones es alabar a Dios, pedir sus beneficios y ayudas y
alejar al mundo del poder del maligno. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">La bendición más antigua se encuentra en el Libro de los
Números: «Así bendecirán los israelitas a sus hijos: que el Señor te bendiga y
te proteja, te ilumine con su rostro y te conceda su gracia, te muestre su
rostro y te conceda la paz</span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">»</span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> (Nm 6, 24-26). En la tradición bíblica, los cabeza
de familia bendicen a sus hijos con ocasión de los matrimonios, antes de
emprender un viaje o en la cercanía de la muerte. Jesús bendice en varias
ocasiones; por ejemplo, bendice a los niños: «Y tomándolos en brazos los
bendecía imponiéndoles las manos» (Mc 10, 16).</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">En la tradición cristiana, la bendición expresa el abrazo
misericordioso de Dios y la maternidad de la Iglesia que invita al fiel a tener
los mismos sentimientos de Dios hacia sus propios hermanos y hermanas. Buscar
la bendición en la Iglesia es admitir que la vida eclesial brota de las
entrañas de la misericordia de Dios y nos ayuda a seguir adelante, a vivir
mejor, a responder a la voluntad del Señor. Es muestra de que depositamos la
confianza del corazón fuera de nosotros mismos: en la infinita misericordia de
un Dios que ama sin límites.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero hay que distinguir las bendiciones de los Sacramentos
(fuente de la gracia): ya que aquellas encuentran su lugar propio fuera de la
celebración de la Eucaristía y de los otros sacramentos, que requieren
condiciones concretas para ser recibidos. Por esto, cuando las personas invocan
una bendición no se </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">las </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">debería someter a un análisis moral exhaustivo como
condición previa para poderla conferirla. La bendición, al contrario que la comunión
en la Eucaristía, no requiere una perfección moral previa: el estado de gracia.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-11277826418502818692023-12-30T17:25:00.000+01:002023-12-30T17:25:42.120+01:00Ante tanta desgracia y tanta guerra: ¿dónde está Dios?<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Estamos en el tiempo de Navidad, que habitualmente nos sugiere paz, armonía, afecto familiar, reconciliación... Todo esto provocado como contagio del amor que el Dios-Hombre nos demuestra viniendo a la Tierra como niño indefenso.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero, por desgracia, durante este tiempo también hay conflictos, guerras (incluso en la tierra de Jesús), asesinatos y otro tipo de desgracias, que ensombrecen la alegría de estas fiestas. Y muchos, desolados, se preguntan: ¿Dónde está Dios?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pues Dios está donde debe estar; mejor dicho, donde Él decidió estar: en el corazón del hombre, en forma de Amor. Es cierto que muchos no lo aceptan y sustituyen ese amor por odio. Pero también lo es que la mayoría muestra ese amor a los demás, incluso aquellos que no saben de dónde procede su amor. En cada conflicto se producen hechos horribles provocados por hombres malvados. Es la ausencia de Dios, no porque Él no quiera estar, sino porque es violentamente rechazado. Pero también se producen hechos heroicos, manifestaciones de amor sublimes, sacrificios por los demás que emocionan... Y esta es la presencia de Dios en esas tragedias: los hombres buenos que aman y se esfuerzan los por demás.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Dios siempre está presente junto al hombre; y, en especial, junto al que sufre. Si no lo notamos no es culpa de Dios, sino nuestra, que no sabemos mostrarlo ni actuar en su nombre. Porque el Dios creador y omnipotente quiere depender de sus <i>creaturas</i> para cumplir su plan y cuidarnos con su providencia. </span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-89005593400829470742023-12-26T10:03:00.004+01:002023-12-26T10:03:44.193+01:00El Niño-Dios<p> Deseo que la venida del Niño-Dios suscite en los corazones de todos paz, esperanza y amor, mucho amor.</p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-40750845014338362812023-12-24T00:00:00.001+01:002023-12-24T00:00:00.131+01:00¡FELIZ NAVIDAD!<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Lo más importante de la Navidad (en realidad: <i>natividad</i>) es el nacimiento del Hijo de Dios en Belén; y por esto, la Iglesia dedica el tiempo de adviento (en realidad: <i>advenimiento</i>) a prepararnos para la venida de Jesús.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero debemos recordar que Jesús ya vino hace 2023 años (aproximadamente) y que ahora lo que hacemos es recordar ese acontecimiento que cambió la historia de la humanidad (y el calendario). </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">¿Y para recordar un acontecimiento es necesario prepararnos? Pues parece que sí. Porque lo que realmente se pretende no es "recordar", sino "asimilar" ese hecho. Rememorar la natividad de Jesús es darnos una oportunidad de amar a Aquél al que quizá ya teníamos olvidado, porque los agobios del mundo nos apartan de lo realmente importante. Y, recordar cómo quiso venir a la Tierra siendo niño, pobre, indefenso, en una humilde familia, seguramente nos ayude a amar a Aquél que treinta y tres años después se dejó crucificar por nosotros. Y, quizá, amando a ese Niño, acabemos amando al Hombre y a todos los demás hombres, que es en lo que consiste el cristianismo.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pues eso: ¡feliz Navidad!, sobre todo si conseguimos este objetivo. </span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-22299693367573848952023-12-23T13:56:00.000+01:002023-12-23T13:56:03.145+01:00En este caso, la lotería ha bajado directa del cielo<p style="text-align: justify;">Jorge era (es) amigo mío y su hermano también. El año pasado en enero le detectaron un cáncer y le dieron seis meses de vida; pero logró vivir nueve y falleció en septiembre, dejando viuda y cuatro hijos. Jorge regentaba un despacho de lotería y era persona querida en el barrio. Durante su enfermedad depositó su confianza en el Seños y no dejó de decirle a todo el que quisiese escucharle que se iba tranquilo a la casa del Padre. Poco antes de irse al cielo, le dijo a su mujer que este año ella repartiría el Gordo de Navidad en su despacho de lotería. A ella no le gustó, porque sería nueva en el negocio y eso siempre trae un poco de lío. Pero el Señor sabe más y, efectivamente, ayer en el despacho de lotería de Jorge se repartieron 200.000.000 de euros entre los clientes. El número premiado, el 88.008, es feo y uno de los 100.000 números que se sortean. La probabilidad era, por tanto, de uno entre cien mil; pero Jorge, desde el cielo, quiso hacerle este regalo a su mujer, aunque a ella no le gustase demasiado; y, de paso, se lo ha hecho a esos parroquianos que tanto afecto le tenían. En este enlace podréis ver la noticia en prensa: <a href="https://www.elmundo.es/papel/historias/2023/12/23/6585d337e9cf4a37568b45c6.html" rel="nofollow" style="text-align: left;" target="_blank">Noticia de prensa</a> </p><p style="text-align: justify;"><span style="text-align: left;">https://www.elmundo.es/papel/historias/2023/12/23/6585d337e9cf4a37568b45c6.html</span></p><p style="text-align: justify;">Gracias, Jorge... O deberíamos decir ¡gracias a Dios!</p><p style="text-align: justify;">Por supuesto, muchos pensarán que es una simple casualidad... Pero, sería una casualidad ¡entre cien mil!</p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-28071973979056600392023-12-12T20:17:00.000+01:002023-12-12T20:17:33.082+01:00El sentido del pecado<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Recientemente, un sacerdote me dijo que los católicos ha dejado de ir a la Misa dominical porque han perdido el sentido del pecado; y, entonces, ¿para qué ir?</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Desafortunadamente, tengo que coincidir con él en lo de la pérdida del sentido del pecado, porque es cierto que la moral está muy relajada y cada uno juzga su conducta según el propio criterio, que suele ser bastante benévolo. Pero no acabo de comprender su conclusión. A la Misa dominical se debería acudir para rezar, tratar con Dios y, además, hacerlo en comunidad, junto con nuestros vecinos. Cuando era niño, mi padre, los domingos nos compraba un tebeo y luego nos tomábamos el aperitivo. Quiero decir que se santificaba el domingo de todas las maneras posibles: rezando, reuniéndonos con los demás, pero también celebrando la resurrección del Señor con algún extra. Si resulta que algunos van a Misa exclusivamente por que sería pecado no hacerlo, estarían cumpliendo el precepto; pero no creo que estuviesen santificando la fiesta.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Quiero ir más allá. El cristianismo no es ni una moral ni un libro. El cristianismo es el seguimiento de una persona, Jesucristo, que nos mostró el camino de la salvación, es decir, de nuestra felicidad. Y los cristianos deberíamos estar más preocupados en amar a Jesucristo que en evitar pecados. Porque ya lo dijo Él mismo: si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y el principal mandamiento que nos dio fue: amaos unos a otros como yo os he amado. Resumiendo: el cristianismo se basa en el amor. No serviría de nada mantener una moral perfecta si no amamos. Por el contrario, si fuésemos capaces de amar a Jesucristo y a los demás, aunque pecásemos debido a la propia debilidad humana, estaríamos en el camino correcto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Los católicos no han dejado de ir a Misa porque hayan perdido el sentido del pecado, sino porque han dejado de amar; y sin amor no merece la pena la lucha por cumplir un código moral. Ahora sí creo que procede la pregunta: ¿para qué cumplirlo?, si no amamos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;"> </span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-21017704023370300142023-12-05T20:43:00.002+01:002023-12-05T20:43:38.339+01:00Amor e imperfección<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Dios creó a los ángeles como espíritus puros. Unos lo adoraron y lo alaban eternamente; y otros lo rechazaron y lo odian eternamente.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Pero también quiso crear a los hombres: alma espiritual y cuerpo material, perfecto en su concepción, pero con debilidades y flaquezas. Siendo Dios todopoderoso, es extraño que quisiese crear un ser que pudiese fallarle. ¿Crearía algún ingeniero una máquina sabiendo que fallaría frecuentemente? ¿Es Dios menos listo que nuestros ingenieros? Evidentemente, no. Entonces ¿qué razones pudo tener Dios para crearnos así? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">No pretendo ser insolente pidiéndole explicaciones a Dios, sino intentar atisbar un poco su mente creadora. ¿Cuál es mi teoría? Pues creo que Dios nos crea imperfectos porque nuestra respuesta, nuestro amor, es mucho más valioso si se produce a pesar de nuestras debilidades e imperfecciones. Es más, estoy convencido de que nuestro imperfecto amor le agrada más a Dios que la perfecta y constante alabanza de sus ángeles. Porque Él conoce nuestras limitaciones y, sobre todo, nuestras flaquezas. Y, en estas condiciones, ya solo el esfuerzo por amarlo, por estar cerca de Él, tiene gran mérito.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">¿Ama Dios la imperfección? ¡Claro que sí: Él nos ha creado así! Y Él nos ama como Padre nuestro que es. Lo que nos pide es nuestra respuesta esforzada; y cada uno alcanzará un grado de "menor imperfección" en función de su esfuerzo y sus capacidades. Dios amará ese esfuerzo; y cuando ni siquiera el esfuerzo podamos poner, cuando fallemos estrepitosamente, cuando le demos la espalda, entonces nos seguirá amando. Porque la otra cara de la moneda de nuestra creación imperfecta es su misericordia: sabe que nos plantea un reto que para nosotros es difícil incluso aceptarlo; e imposible cumplirlo. ¡Yo, desde luego, renuncié hace mucho tiempo a ser perfecto! </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Por esto, cuando el apóstol Pablo se queja de ese "<i>aguijón de muerte</i>" que le separa de Dios, el Señor le contesta: "<i>te basta mi gracia</i>" [2Cor. 12, 8-10]*. Me permito traducir esta respuesta muy libremente: "<i>es que no quiero que seas perfecto, que superes ese defecto, sino que luches contra él por amor a mí</i>". Y, claro, cuando nuestra debilidad nos hace caer de nuevo -una y otra vez- entra en juego su misericordia, porque bien sabe Dios que no nos ha querido hacer perfectos y conoce las consecuencias de esto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El cristianismo es la religión del amor: del amor que Dios nos muestra y del amor que tenemos que compartir con los demás. Y esto es mucho más importante que el código moral que tanto nos cuesta cumplir.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-size: small;">*</span><span class="reftext" style="background-color: #fdfeff; color: #0092f2; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; line-height: 15px; margin-left: 1px; margin-right: 2px; vertical-align: text-top;"><a href="https://bibliaparalela.com/2_corinthians/12-8.htm" style="color: #0092f2; text-decoration-line: none;">8</a></span><span style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Acerca de esto, tres veces he rogado al Señor para que </span><i style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">lo</i><span style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> quitara de mí. </span><span class="reftext" style="background-color: #fdfeff; color: #0092f2; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; line-height: 15px; margin-left: 1px; margin-right: 2px; vertical-align: text-top;"><a href="https://bibliaparalela.com/2_corinthians/12-9.htm" style="color: #0092f2; text-decoration-line: none;">9</a></span><span class="highl" style="background-color: #fff4ec; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Y El me ha dicho: Te basta mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, muy gustosamente me gloriaré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.</span><span class="reftext" style="background-color: #fdfeff; color: #0092f2; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; line-height: 15px; margin-left: 1px; margin-right: 2px; vertical-align: text-top;"><a href="https://bibliaparalela.com/2_corinthians/12-10.htm" style="color: #0092f2; text-decoration-line: none;">10</a></span><span style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">Por eso me complazco en </span><i style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;">las</i><span style="background-color: #fdfeff; color: #001320; font-family: Roboto, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small;"> debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-41080313619249135472023-11-27T18:25:00.000+01:002023-11-27T18:25:15.914+01:00Felicidad y sufrimiento<div style="text-align: justify;">Sigamos hablando de esa prueba de amor que es el sufrimiento. Si el secreto de la felicidad es "amar y sentirse amado"; y no hay amor sin sufrimiento, entonces ¿es compatible la felicidad con el sufrimiento?
Estoy convencido de que sí, incluso por propia experiencia. Puede parecer extraño; pero esto se debe a que se habitualmente se confunde la felicidad con la alegría, el placer o la comodidad. La autentica felicidd la proporciona la sensación de estar en el buen camino, de saber que se está haciendo lo que uno está destinado a hacer. La alegría la puede proporcionar, en un momento dado, la facilidad de ese camino, la superación de un escollo o la recuperación de un amor que se consideraba perdido. La alegría es también un sentimiento del alma, como la felicidad (¡salvo cuando procede del exceso de alcohol, claro!). El placer y la comodidad son sensaciones del cuerpo y dependen de nuestros sentidos: el primero es pasajero y la segunda puede ser más perdurable; pero todos tenemos experiencia de que ni el uno ni la otra proporcionan la felicidad. En muchas ocasiones, ese placer intenso nos ha provocado desilusión o incluso amargura; y se puede ser muy infeliz disponiendo de una vida llena de comodidades. Quizá este sea el gran drama de nuestra juventud: en occidente y japón el suicidio es la primera causa de muerte de los jóvenes. Supongo que, en muchos casos -aun disponiendo de todo el placer a su alcance y disfrutando de una vida cómoda- se sienten infelices porque desconocen "nuestro secreto": amar y sentirse amado. En otras ocasiones, se dejarán llevar por la desesperación al comprobar que todos sus esfuerzos por ser felices a través de placer son vanos. También es cierto que hay casos en los que quienes quieren obtener el auténtico amor, no lo logran; y no aciertan a suplirlo con su amor hacia los demás.
¿Como compaginar felicidad y sufrimiento? Ya lo comentaba en la entrada anterior: el sufrimiento por amor escuece; pero no crea infelicidad. El sufrimiento por egoísmo (incluido el odio) genera amargura y desesperación. Es por esto por lo que se entienden las Bienaventuranzas: bendito el que sufre, el que llora, el que es pobre o perseguido, sobre todo, el limpio de corazón, el misericordioso, el que busca la paz... Porque todos estos sufrimientos, sobrellevados por amor, no solo son compatibles con la felicidad, sino que frecuentemente la alcanzan.</div>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-22796889914097609012023-11-14T17:51:00.000+01:002023-11-14T17:51:58.043+01:00Si amar es sufrir, ¿cómo ama Dios?<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El amor es una moneda de dos caras inseparables: el gozo y el sufrimiento. En el momento en el que empezamos a amar a alguien (amor de verdad, no simple atracción) empezamos a gozar con su presencia, su afecto (si es que nos corresponde); pero también empezamos a sufrir por él, compartiendo sus problemas y sufrimientos, echándolo de menos cuando no está presente, por el temor a perderle, etc. De este modo, se podría decir que el sufrimiento por amor es una forma de gozo. Claro que cuando ese sufrimiento lo provoca el otro con su rechazo o desprecio, entonces no es gozoso, sino doloroso; pero sigue siendo un sufrimiento generado por el amor. De hecho, la única prueba válida del amor es el dolor: si estamos dispuestos a sufrir por el otro, no hay duda de que lo amamos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Para mí, esto es muy claro. Pero se me presenta una duda: Si Dios es amor, ¿cómo sufre? Por supuesto, un Dios NO puede sufrir de ninguna forma. Entonces, el amor de Dios estaría "exento" de esta cualidad inseparable: como su amor es perfecto, no necesita someterse a esta prueba. Es una explicación que parece acertada. Pero se me presenta otra duda: el amor hay que comunicarlo, manifestarlo. El que ama quiere que el amado lo sepa; y en nuestro caso, los hombres no somos perfectos y SI necesitamos de la "prueba" del amor, que no es otra que el dolor.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Ya os estáis imaginando la solución que Dios le dio a este dilema: que el Hijo hecho hombre y, por tanto, capaz de sufrir, nos mostrase su amor. Jesucristo se encarnó para ser "<i>el rostro de la misericordia del Padre</i>" (palabras de Benedicto XVI). Primero mostrando su misericordia con las dolencias humanas, curándolas y perdonando los pecados; después mostrando su amor sufriendo -"<i>nadie tiene más amor que quien da su vida por los demás</i>"-; y un sufrimiento extremo en su Pasión y muerte en la Cruz.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Resueltas estas dudas, me surge una pregunta: Cristo resucitado y ascendido al cielo, esa naturaleza humana inserta en el seno de la Santísima Trinidad: ¿puede sufrir? ¿Es esta la forma como nos sigue mostrando Dios su amor después de la Redención? Pues yo creo que SI, que Cristo, como cualquier hombre, sufre por nuestros desprecios y ausencias; un sufrimiento gozoso, pero real. Y esto me interpela profundamente: ¿qué parte de ese sufrimiento lo provoco yo?</span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-83047725258026825982020-10-22T13:27:00.004+02:002020-10-22T13:27:34.652+02:00El Papa y los homosexuales<p> Están teniendo mucha notoriedad los últimos comentarios del Papa sobre las uniones civiles de homosexuales. Y esto me permite continuar con mi entrada anterior, pues es la plasmación práctica de lo que allí decía.</p><p>Una cosa es que Dios rechace la homosexualidad, porque esta orientación sexual es contraria a la naturaleza de la sexualidad con la que Él nos creo; y otra, totalmente compatible, que Dios ame al homosexual infinitamente. Quizá esto sea difícil de comprender, pero el ejemplo de la entrada anterior sobre el amor de una madre al hijo cuya conducta detesta, nos sirve de ayuda.</p><p>Creo que esto es lo que ha tratado de decir el Papa, al indicar que "los homosexuales son hijos de Dios". Por esto, dice que, desde el punto de vista civil, la sociedad puede regular las relaciones entre todo tipo de personas... Y estoy de acuerdo.</p><p>Lo que las noticias no dicen es que, desde el punto de vista moral, la Iglesia (y por supuesto el Papa) sigue rechazando la práctica sexual fuera del matrimonio (fornicación, adulterio, homosexualidad...). Y lo rechaza, porque considera que es contrario a la naturaleza biológica o social del hombre.... En definitiva, porque considera que es malo para él...</p><p>La regulación de uniones civiles, es otro asunto que depende de cada cuerpo legislativo. Y son estos los que deben determinar las consecuencias que se deriven de una convivencia entre personas. Pero, a mi parecer, se deberían contemplar no sólo las convivencias afectivo-sexuales, sino también otras convivencias afectivas no menos importantes. ¿Es que tienen menos derechos dos hermanos que conviven bajo el mismo techo con cariño y mutua ayuda? ¿Y si no son hermanos, pero han decidido compartir su vida en una relación afectiva no sexual? ¿Del mismo o de distinto sexo? </p><p>Pues a Dios lo que es de Dios (el amor y la moral) y al César lo que es del César (una legislación justa).</p><p>Pero me parece que los medios de comunicación prefieren dar las noticias de forma que escandalicen, en vez de aclarar el fondo de la cuestión.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-21180433992320194152020-10-16T20:18:00.003+02:002020-10-16T20:18:46.327+02:00Dios ama a los pecadores<p>Dios es metafísicamente opuesto al pecado, ya que el pecado es "lo que es malo para el hombre" (como lo definía Santo Tomás).</p><p>Entonces, ¿cómo puede amar al pecador? Está claro: porque el pecador es hombre, criatura de Dios; y Dios ama a sus criaturas.</p><p>Dios aborrece el pecado, porque supone la transgresión de la norma que Él estableció al crear al hombre; y también supone el rechazo de su amor paternal.</p><p>Pero una cosa es aborrecer la "obra" y otra muy distinta dejar de amar "al que obra"...</p><p>Pero: ¿es esto posible? Ciertamente.</p><p>¿Cómo puede ama una madre a su hijo drogadicto, delincuente, terrorista, pederasta, degenerado, incluso al que la maltrata? Por supuesto, ella odia la droga, el delito y la degeneración...; pero no puede odiar al hijo de sus entrañas...</p><p>"Pues si vosotros, que sois malos, dais cosas buena a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre del cielo os dará cosas buenas?... (Mt 7, 11)</p><p>Si una madre puede amar así a un hijo, ¿cómo no va a amarlo su padre del cielo?</p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-33500712781459099312020-09-22T12:21:00.005+02:002020-09-22T12:21:55.372+02:00La Eucaristía base de la vida cristiana<p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">El Papa San Juan Pablo II escribió una carta encíclica titulada <span style="text-align: -webkit-center;"><b style="font-style: italic;">ECCLESIA DE EUCHARISTIA</b>, que comenzaba diciendo<b style="font-style: italic;"> "la Iglesia vive de la Eucaristía"</b>; y en la que afirmaba que la vida de la Iglesia gira alrededor de este sacramento.</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">Le he estado dando vueltas y creo que no sólo la Iglesia, sino cada uno de nosotros. Porque la Eucaristía actualiza y nos hace vivir cada una de las tres virtudes teologales.</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">Por supuesto, es manifestación de <b>nuestra FE</b>: una fe plena en la palabra de Cristo, en su afirmación de que ESTO ES MI CUERPO, que tanto escandalizó a los apóstoles cuando les predijo que deberían comer su carne. Y si tenemos fe en esto, todas las demás enseñanzas de Cristo ya son fáciles de creer.</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">También es cauce para <b>nuestra CARIDAD</b>: Cristo inventa la Eucaristía para poder quedarse con nosotros, para mantenerse en contacto (tan íntimo que nos permite comerlo): es la manifestación de su amor por nosotros y de su solicitud de nuestro amor por Él. Y, efectivamente, podemos demostrarle nuestro amor a través de nuestra veneración eucarística, de nuestras comuniones y adoraciones. Incluso es cauce para manifestarnos, compartiendo la Eucaristía, nuestro amor recíproco.</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">Y, finalmente, es fuente de <b>nuestra ESPERANZA</b>: si a Cristo podemos comerlo ya en la Tierra, ¿cómo no vamos a compartir con Él nuestra vida del cielo? Si Él ha querido quedarse con nosotros, ¿cómo no va a llevarnos con Él cuando muramos?</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">Sin Eucaristía, no solo no tendríamos las gracias extraordinarias que el sacramente nos aporta, sino que nuestra Fe, Esperanza y Caridad se harían mucho más difíciles.</span></span></p><p><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><span style="text-align: -webkit-center;">Todos vivimos de la Eucaristía</span></span></p><p><span style="font-family: Times; font-size: large; text-align: -webkit-center;"><b style="font-style: italic;"><br /></b></span></p>José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-16356525351265900052020-04-26T13:15:00.001+02:002020-04-26T13:15:28.100+02:00Camino de Emaús<br />
<div class="MsoNormal">
Hoy, segundo domingo de Pascua toca el Evangelio de la
aparición de Cristo a los discípulos camino de Emaús.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es uno de los pasajes del Evangelio que más me impresionan,
porque ponen de manifiesto la sensible misericordia de Cristo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ni siquiera eran apóstoles, sólo discípulos; y el evangelista
ni menciona su nombre. Nada más se vuelve a saber de ellos. No eran en absoluto
personajes importantes; pero Cristo decide aparecerse a ellos para consolarlos.
Y lo hace de esa manera tan misteriosa, incluso tierna, para poder manifestar
de forma más intensa su cariño por todos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estos dos discípulos lo habían abandonado durante la Pasión;
y perdieron la fe, ya que manifiestan que “<i>aquél que era poderoso en
palabras y obras ha quedado en nada</i>”. Reconocen su decepción, que no es
sino una manera indirecta de negar al que habían considerado su Señor. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero Cristo los ve tristes y acude a consolarlos.
Indirectamente, como queriendo darles una sorpresa, lo que no es sino una muestra
de cariño. A los seres queridos, nuestras muestras de cariño las planificamos,
porque nos produce gozo contemplar su sorpresa y su correspondencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así es Cristo, planifica sus muestras de cariño. También lo
hará cuando en Galilea se aparezca a los apóstoles que se han pasado la noche
sin pescar nada “muchachos ¿tenéis pescado? Echad la red a la derecha”. “Es el Señor”,
dirá Juan; y Pedro se echará al agua para volver a la orilla. Allí Cristo les
ha preparado un desayuno con pescado sobre unas brasas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que me impresiona de estos pasajes es que el amor de Dios
se manifiesta en ellos en forma de cariño, de afecto. No como el Señor al
siervo; sino como al amigo, al hermano…incluso al que antes le ha defraudado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así de grande es nuestro Dios y Señor.<o:p></o:p></div>
<br />José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-17188051.post-81375201728334772892020-04-18T12:29:00.000+02:002020-04-18T12:29:19.294+02:00Dios y la pandemiaSiempre que hay una gran catástrofe natural (y esta pandemia lo es; aunque muy agravada por la incompetencia humana), la gente se pregunta ¿dónde está Dios?<br />
Pues en la película <i>Deliver Us From Devil</i> he oído una de las mejores respuestas: "Dios está en el corazón de todos aquéllos que quieren ayudar a los demás".<br />
Y es que, ante el mal, culpamos a Dios de mantenerse al margen; pero cuando ese mismo mal genera infinidad de bienes ( amor, comprensión,caridad, generosidad, entrega, compasión, perdón, reconciliación, etc...), nos negamos a ver en estos bienes la influencia de Dios.<br />
¿Por qué, si cuando hay mal le echamos la culpa a Dios, cuando hay bien (y os aseguro que es mucho más abundante) no se lo agradecemos?<br />
Durante esta pandemia -a saber qué culpa ha tenido el hombre en su aparición y propagación-, Dios está junto a los que sufren, ayudándolos, muy cerca de ellos: en el corazón de todos esos sanitarios que se están jugando la salud y la vida por los demás.<br />
¿Te parece poca presencia?<br />
<br />José Alberto Fernándezhttp://www.blogger.com/profile/11111730917021248188noreply@blogger.com0