viernes, 7 de agosto de 2009

Desesperarse sería dar la espalda a Dios

Efectivamente, si Dios ha enviado a su Hijo para salvar al mundo, entonces tenemos la seguridad de que el barco de la humanidad se dirige a buen puerto, sin posibilidad de volver a extraviarse.

Evidentemente, dentro del barco se producen todo tipo de roces, fricciones, traiciones y felonías...; pero el barco sigue su singladura con Cristo por timonel.

Lo que pretende el maligno es que nos desesperemos, que pensemos que esto no tiene remedio y acabemos saltando por la borda; y esto es lo único que no debemos hacer -dar la espalda a Dios- porque es la única manera de evitar la salvación de Dios.

Este fue el error de Judas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario