Después de una largo paréntesis, quiero iniciar una nueva etapa en este blog y retomar la publicación de entradas con asiduidad.
Un tema me ha estado rondando últimamente y es la característica fundamental del cristianismo de compaginar un concepto y su contrario. Y va más allá: no sólo los compagina, sino que hace que ambos extremos constituyan la virtud.
Empezaré esta nueva etapa hablando de estas aparentes contradicciones.
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