Esta claro lo que nos preocupa a los cristianos: la fe, el honor de Dios y de su Iglesia; el pecado, como ofensa a Dios; nuestra libertad y la de la Iglesia, nuestro culto; y mostrar a las almas el amor de Dios. Por supuesto, actualmente nos preocupa -y mucho- la degradación moral actual, incluso entre los cristianos y, especialmente, entre los eclesiásticos (aunque se trate de pocos casos muy llamativos). Es razonable que nos preocupe todo esto a los cristianos.
Pero, ¿qué le preocupa a Dios? [si se me permite utilizar esta expresión en sentido figurado]. Me lo pregunto porque a veces pienso que a Dios no le preocupan tanto como a nosotros estas cosas "tan inquietantes". De lo contrario, ¿por qué consiente los ataques -fundados o no- a su Iglesia?; ¿por qué consiente la corrupción dentro de ella?
Imagino que el criterio que sigue Dios [sigo hablando en sentido figurado] es exactamente el mismo que siguió cuando consintió que crucificasen a su Hijo: porque, por encima de su honor, su dignidad, su alabanza, la Iglesia y la moral, lo que más estima es la salvación del hombre. Lo único que realmente le preocupa es que, al final, cada hombre se salve y pase toda la eternidad con Él, disfrutando en su gloria.
Lo curioso es que a nosotros nos preocupen mucho más las cosas de aquí abajo. Si a Dios y a los hombres nos preocupan cosas bien distintas: ¿quien debería rectificar?
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