Y la razón es que un feto es una gran posibilidad; o, mejor dicho, una posibilidad de cosas grandes: amor, sabiduría, ternura, valor, patriotismo; y también ingeniería, descubrimientos, familia, ... Todas ellas cosas que ningún ingenio puede conseguir, salvo el propio actuar humano. El hombre es una inagotable fuente de bien, cualquier hombre, cualesquiera que sean sus circunstancias. Por esto el enemigo quiere cegar esa fuente de bien desde su comienzo.
Y el hombre no quiere ver que eliminar esa posibilidad de bien [que no puede ser sustituída por ninguna otra], atenta contra la humanidad tanto como eliminar a quien ya es una realidad por haber nacido; y atenta contra Dios, que es el diseñador y creador de todas las posibilidades, realidades y bienes posibles.
Se puede decir que, si la criatura preferida de Dios es el hombre, la del enemigo es el aborto: y hay países occidentales en los que ya se crean más de éstos que de aquéllos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario