De hecho, Jesús nunca pregunta si "nos hemos enterado" de su mensaje, si lo hemos comprendido, sino que únicamente nos pregunta si "nos lo creemos". Porque lo importante no es llegar a descifrar las razones de nuestra fe, sino vivir conforme a ella, vivir conforme a la verdad que se nos ha revelado. La base de nuestro trato con Dios es la fe, no el entendimiento; y si esa fe nos parece razonable -o llegamos a razonarla- será bueno si nos lleva a seguirla con más ahínco. Pero si no logramos entenderla, también será bueno si la aceptamos y vivimos; incluso mejor, porque .... bienaventurados los que crean sin haber visto... o entendido.
Por esto, la Eucaristía es la piedra de toque del cristianismo: porque es la aceptación plena de la palabra de Jesús sin ningún apoyo racional. La presencia real de Cristo en la Eucaristía, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad, no tienen más prueba de credibilidad que su palabra. La fe en la Eucaristía es la mejor manifestación de nuestra fe rendida en Dios.
Y esta es la exigencia que se nos impone: id y predicad el Evangelio; quien crea se salvara, quien rehuse a creer, se condenara.
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