lunes, 17 de septiembre de 2012

Amar después de enamorarse

En la sociedad actual occidental se habla mucho de amor, aunque en la mayoría de los casos se suelen referir más a sexo o enamoramiento que a auténtico amor.
Y es que lo importante no es enamorarse, sino seguir amando después de que esa apasionante sensación se haya pasado. Porque los sentimientos vienen y van; y a la larga o a la corta, la pasión por otra persona debe dar paso al amor, que es la decisión de nuestra voluntad de buscar como único bien propio el bien del otro. Es decir: entregar nuestra vida, nuestra persona… Y en estas condiciones, incluso el sexo es más placentero….
¿Cómo puede amarse sin sentimiento? Parece increíble que esta pregunta sea tan frecuente en nuestros días. Quizá porque nuestra sociedad -desde el romanticismo del siglo XIX- ha dado demasiada importancia a los sentimientos y ha arrinconado la voluntad.
¡Claro que puede amarse –y profundamente- sin sentimientos! Incluso puede amarse aquello que nos molesta o nos desagrada: ¿es que una madre deja de amar al hijo que tantos problemas le causa?
La realidad es que la atracción sexual suele llevar al enamoramiento y éste al compromiso; y todo esto es muy bueno. Pero lo que hace que mantengamos nuestras promesas es el amor auténtico: nuestra firme determinación de amar.
Ama hasta que te duela el amor, nos recomendaba la Beata Teresa de Calcuta; y ella sí era una experta en amar incluso a los que parecía que no tenían nada amable.

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