sábado, 1 de febrero de 2014

La caridad cristiana no es ideología

Dos párrafos del Papa Francisco aclaran la actitud que la caridad cristiana debe infundir en todo discípulo de cristo, saliendo al paso tanto de los que se preocupan sólo por transmitir ortodoxia al prójimo, como de los que su solidaridad les lleva a olvidar que el Cristianismo en una religión: el camino para unir a la criatura con su Creador.
No nos preocupemos sólo por no caer en errores doctrinales, sino también por ser fieles a este camino luminoso de vida y de sabiduría. Porque «a los defensores de “la ortodoxia” se dirige a ve ces el reproche de pasividad, de indulgencia o de complicidad culpables respecto a situaciones de injusticia intolerables y a los regímenes políticos que las mantienen».
Pero para que ese rechazo de los regímenes injustos no nos desvíe del camino, en otro párrafo nos aclara:
El pobre, cuando es amado, «es estimado como de alto valor», y esto diferencia la auténtica opción por los pobres de cualquier ideología, de cualquier intento de utilizar a los pobres al servicio de intereses personales o políticos. Sólo desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en su camino de liberación. Únicamente esto hará posible que los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como en su casa.
No es que el Papa o la Iglesia esté en contra de la política, sólo están en contra de confundir el mensaje evangélico con una ideología concreta; pero animan a todo cristiano a participar en este servicio social (porque la política, por mucho que hoy no lo parezca, debe ser un servicio):
La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Tenemos que convencernos de que la caridad «no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas». ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres! Es imperioso que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos.

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