lunes, 25 de marzo de 2013

Lunes Santo

Entramos en la Semana para la que nos hemos preparado durante toda la Cuaresma.
El Lunes Santo es como el comienzo de la Pasión: podríamos fijarnos en la oración en el huerto de los olivos.
Después de celebrar la Pascua rodeado del cariño de sus apóstoles (Judas se marchó pronto), de tener con ellos el gesto de humildad del lavatorio de los piés y de instituir la Eucaristía, les pide que recen con Él durante una hora. Pero los apóstoles caen adormecidos.
No es que no lleguen a cumplir sus brabuconas promesas de que darían la vida por el Maestro, es que simplemente se quedan dormidos, ignoran todo el peligro y dejan solo al Señor.
¡Qué inexplicable es la debilidad humana!
Se entiende que Pedro, por miedo a la soldadesca y a los criados del Sumo Sacerdote, negara a su Señor tres veces; pero no se puede entender que dejen solo a su Señor (por dos veces les encontrará dormidos) después de que éste les hubiese... "amado hasta el extremo", ni siquiera pudieron velar una hora...
Entonces, Jesús no pudo contar ni con la compañía ni el cariño de los que le querían de veras...; todavía podemos remediarlo.

lunes, 18 de marzo de 2013

Mi matrimonio (y II)

Dicen los entendidos que el amor matrimonial debe tener tres características: ser pleno, permanecer fiel y ser fecundo.
Creo que en nuestro matrimonio dichas características se dieron en plenitud.
Nuestro amor matrimonial afectaba a la totalidad de nuestras vidas, sin que hubiese ni un aspecto ni un momento en el que no estuviese presente: nos dimos recíprocamente sin reservarnos nada.
La fidelidad fue absoluta, no sólo desde que nos casamos, sino que ambos mantuvimos esa fidelidad desde siemrpe, incluso antes de conocernos; y por supuesto la seguimos manteniendo a pesar de nuestra separación. Personalmente, cuando decidí recibir por esposa a mi mujer, rechace la posibilidad de que en el futuro hubiese otra mujer, ni siqueira en caso de enviudar.
Creo que la manifestación de nuestra fecundidad es evidente: de los catorce embarazos nacieron nueve hijos, de los que viven ocho. Tenemos una nieta y están de camino otros dos nietos. Pero esta fecundidad no ha sido solo demográfica. Creo que como matrimonio hemos podido ayudar a mucha otra gente y participar en numerosas iniciativas.
A pesar de la separación actual, impuesta por una fatalidad que Dios ha consentido, mi matrimonio sigue afectando a toda mi vida, me mantengo fiel (con la Gracia de Dios) y ahí siguen los frutos de su fecundidad...: creo que puedo seguir poniendo en el perfil de este blog que estoy casado...

Y eso no es óbice para que, en opinión de mi anónimo comentarista, siga siendo "un mierda"...; pero un mierda casado.

sábado, 16 de marzo de 2013

Mi matrimonio

El comentario realizado anónimamente a mi última entrada me obliga a hablar de algo que hasta ahora había preferido no comentar; y que me afecta muy personalmente.
Para los católicos el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer para TODA la vida. De esta forma, cuando uno se casa permanece casado hasta que la muerte disuelve el vínculo.
Por motivos que sólo conciernen a mi mujer y a mí, tuvimos que separarnos hace ahora un año, lo que resultó muy doloroso para nosotros y nuestros hijos. Pero yo me sigo considerando casado, no sólo porque permanece el vínculo sacramenteal, sino porque gran parte de lo que es un matrimonio pervive en nuestra relación.
Como cursillista prematrimonial, enseñé muchas veces a parejas de novios que el amor matrimonial tiene tres manifestaciones: preferir, buscar el bien del otro y dar sin recibir nada a cambio.
Pues bien, yo preferí a mi esposa antes que a todas las demás mujeres, de forma que ha sido la única mujer en mi vida; y ahora, en mi siutación de separado, sigo manteniendo esa preferencia ya que sigo excluyendo a todas las demás.
Siempre busqué el bien de mi esposa, tanto material como espiritual; y ahora, que la falta de convivencia ya no me permite seguir haciéndolo, le sigo deseando lo mejor.
Al recibirla como mi esposa, no sólo le di todo lo que tenía, sino que me di yo mismo. Es cierto que durante nuestra convivencia, ella se esforzó en corresponder y darme lo mejor de sí misma; pero ahora que estamos separados, soy yo quien sigue manteniendo económicamente a esa familia sin poder recibir ni la compañía, ni el cariño, ni la ayuda que antes recibía; y esto me supone la mayor parte parte de los ingresos que obtengo con mi trabajo.
Así que, de una manera mucho menos agradable para mí, puedo seguir diciendo que estoy casado, que tengo ocho hijos y que voy a tener dos nietos más antes de fin de año.
Con la Gracia de Dios, por supuesto...

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡¡Habemus Papam!!

Ya tenemos de nuevo Papa en la Iglesia; sólo han sido trece días de sede vacante.
Y es el primer Papa argentino, el primer Papa jesuíta y el primero en adoptar el nombre de Francisco; y en su primera aparición ha dejado bien claro que no se siente sujeto por el "protocolo vaticano", sino que va a ser él mismo. Creo que en su sede de Buenos Aires también imprimió un estilo muy personal y bastante sencillo.
Y si a la sede de Pedro ha llegado un Francisco como el de Asís; o como el de Sales (patrono de los periodistas), o como el de Javier, misionero de tierras nuevas, entonces es de esperar que imprima a la Iglesia la sencillez,la doctrina y el ardor apostólico de  éstos.
Seguro que el Espíritu Santo lo tiene todo muy bien planeado; a nosotros sólo nos queda dejarle hacer, que no es poco...

viernes, 1 de marzo de 2013

El Papa emérito

Desde ayer "non habemus Papam" estamos sin Papa, lo que me produce una sensación como de horfandad espiritual: los católicos sabemos que el Papa está allí en el Vaticano velando por nosotros...; pero ahora ya no está.
De todos modos no es la misma horfandad que cuando un Papa fallece, porque ahora sabemos que Benedicto XVI sigue rezando al Padre por la Iglesia, aunque ya no le veamos.
Si la principal función de un Papa es ser guía espiritual de los católicos, entonces Benedicto XVI continúa prestando ese servicio: con su oración, con su consejo -si es que se lo piden- y con el ejemplo de su vida y su retiro -que servirá a los Cardenales electores de modelo de cómo debe ser un Papa.
Y a quien todo esto no le consuele de estar sin Papa, que recurra a nuestros refugios seguros: el Sagrado Corazón de Jesús y el Dulce corazón de María. Al fin y al cabo, a Cristo lo tenemos siempre, incluso cuando su Vicario se retira o fallece.