miércoles, 2 de abril de 2014

Tres tipos de pobreza

El Papa Francisco nos habla en su carta-mensaje para la cuaresma de 2014 de los tres tipos de pobreza que pueden afectar al hombre.
La primera es la pobreza material, lo que él llama miseria. La privación de los derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad es un atentado contra la dignidad del hombre y nada tiene que ver con la pobreza evangélica que se predica en las bienaventuranzas. Todo cristiano está obligado a tratar de curar estas heridas de sus hermanos y cubrir sus necesidades materiales; pero no como una especie de condescendencia hacia el otro, sino como una obligación hacia aquél que comparte una misma dignidad de hijo de Dios. Vuelvo a recordar la enseñanza de Juan Pablo II sobre la propiedad privada: que está gravada con una hipoteca en favor del bien común, en favor de aquellos que no disponen de lo necesario para una vida digna.
Otra forma de pobreza e la pobreza moral, que esclaviza al hombre al pecado y al vicio. En algunos casos se llega a la miseria moral por propia voluntad, aunque después ya no se pueda uno librar del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía. Pero nos recuerda el Papa que en otras ocasiones esta dependencia nace de las propias condiciones sociales injustas: falta de trabajo, marginación, inmigración, etc. En estos casos, el cristiano debe ayudar en lo que esté en su mano a modificar las circunstancias para hacer posible la liberación del hermano o evitar que otros caigan.
Por último, está la miseria espiritual, aquella que nos enajena del amor de Dios, que deja al hombre en la peor de las pobrezas, la que más le aleja de su dignidad de hijo de Dios. Y aquí el cristiano tiene un arma poderosa para combatirla: el Evangelio, que muestra al hombre la misericordia de Dios, su deseo de perdonarnos y que conozcamos su amor.
¡Qué buena ocasión la Cuaresma para acercarnos más a Dios a través del prójimo!... prioritariamente del más necesitado, material, moral o espiritualmente.

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