sábado, 7 de diciembre de 2019

¿Por qué Dios juega al escondite?

Hay una pregunta clásica de los agnósticos: ¿por qué Dios que es omnipresente ha querido ocultarse? ¿Por qué juega al escondite con el hombre, forzándonos a creer cuando podría mostrarse para que le viésemos?

Les responderé con otra pregunta: ¿quién dice que no se muestra?
Si Dios es un ser espiritual: ¿cómo podríamos verlo mejor?
Pues a Dios lo vemos constantemente de la única forma en que podemos verlo: a través de sus obras, de su magnífica y complicadísima Creación, de las leyes que tan inteligentemente rigen dicha creación y que el hombre va descubriendo poco a poco.

Lo que ocurre es que NO queremos verlo: Dios no se esconde, sino que nosotros cerramos los ojos de nuestra razón para no verlo.

Y cuando alguien, razonablemente, dice que lo ve en la naturaleza, en el alma humana, en el amor entre los hombres, en tantos sitios en los que se muestra inequívocamente, entonces los que tienen los ojos cerrados se burlan de él y dicen que es un crédulo, que tiene fe...

¿Fe? Si basta con abrir los ojos, o el corazón...



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