miércoles, 8 de marzo de 2006

La Sabiduría

La Sabiduría es aquella facultad humana que nos permite dirigir nuestra vida hacia la felicidad, la auténtica felicidad. Sabio no es el que sabe muchas cosas, sino el que rige su vida sabiamente. No es fácil, y sin las "pistas" que Dios nos da le sería muy difícil al hombre actuar siempre sabiamente.

Interesado por este tema, acudí al libro de la Biblia que más relación tiene con él: se trata, por supuesto, del Libro de la Sabiduría. Sólo en los dos primeros capítulos ya se encuentran "pistas" fundamentales para actuar sabiamente. Además, pone de manifiesto lo poco que ha cambiado el carácter humano en estos 23 siglos que han transcurrido desde que se escribió; y lo actuales que son sus consejos [en azul mis comentarios]:

1.1 Gobernantes de la tierra, amad la justicia, tened buena idea del Señor y buscadlo con corazón sincero.
2 Los que no le exigen pruebas pueden encontrarlo; Él se manifiesta a los que no desconfían de Él.
[resulta curioso cómo en el mundo actual que reniega de Dios, se le exigen pruebas de su existencia y se desconfía de su providencia, de forma que le impedimos manifestarse].

3 Los pensamientos torcidos alejan de Dios. Su poder, cuando es puesto a prueba, deja sin palabras a los insensatos. 4 La sabiduría no entra en un alma perversa, ni vive en un cuerpo entregado al pecado. [no nos extrañe que una sociedad que la aceptado todas las aberraciones sexuales que la humanidad ha ido acumulando en miles de años -y que se refocila en este lodo- no logre encontrar el camino de su felicidad]
5 El santo espíritu, que es maestro de los hombres, nada tiene que ver con el engaño; se aparta de los pensamientos insensatos y se retira cuando está presente la injusticia. [qué poco inspira el Espíritu Santo a los gobernantes que no buscan la Justicia]
6 La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres, que no perdona al que injuria a Dios con sus palabras; Dios es testigo de lo más íntimo del hombre, es vigilante sincero de su corazón y escucha todo lo que dice. 7 En efecto, el espíritu del Señor llena la tierra, da consistencia al universo y conoce lo que dice el hombre. 8 Por eso, quien dice cosas malas no puede esconderse, ni podrá escapar del juicio y de la acusación de Dios. 9 Los pensamientos del malo serán investigados, y, como prueba de sus malas acciones, llegará hasta el Señor el informe de lo que haya dicho. 10 Dios lo escucha todo con oído atento; ni aun lo dicho en voz baja por el hombre se le escapa. 11 Evitad, por tanto, las murmuraciones inútiles y no digáis nada malo, porque incluso lo dicho en secreto trae sus consecuencias, y una boca mentirosa lleva al hombre a la muerte. [Pero nuestra sociedad actual, apóstata y blasfema, se queja a Dios cuando nos deja sentir las fuerzas de la naturaleza]
12 No busquéis la muerte con una vida extraviada, ni por vuestras acciones atraigáis sobre vosotros la perdición. [son demasiadas las prácticas de riesgo (drogas, sida, etc...) que nos exige nuestro placer como para no atraer sobre nosotros la perdición]
13 Pues Dios no hizo la muerte ni se alegra destruyendo a los seres vivientes. 14 Todo lo creó para que existiera; lo que el mundo produce es saludable y en ello no hay veneno mortal; la muerte no reina en la tierra, 15 porque la justicia es inmortal.
16 Los malos llaman a la muerte con gestos y gritos; pensando que es su amiga, la buscan con afán, y con ella han hecho un pacto, pues merecen pertenecerle.

Qué actuales son los "pensamientos de los malos" que el capítulo 2 del Libro de la Sabiduría adjudica a los infieles: los mismos errores y las misma excusas que la "civilización progresista" ha descubierto recientemente:

2.1 Razonando equivocadamente, se han dicho: "Corta y triste es nuestra vida; la muerte del hombre es inevitable y no se sabe de nadie que haya vuelto de la tumba. 2 Nacimos casualmente [ya los científicos de hace 22 siglos achacaban a la casualidad la existencia del hombre...], y luego pasaremos como si no hubiéramos existido, pues nuestro aliento es como el humo, y el pensamiento, como una chispa alimentada por el latido de nuestro corazón. [... y ya pensaban que el alma humana es sólo un conjunto de chispas entre enlaces neuronales]
3 Cuando esta chispa se apague, el cuerpo se convertirá en ceniza y el espíritu se desvanecerá como aire ligero.
4 Con el paso del tiempo, nuestro nombre caerá en el olvido y nadie recordará nuestras acciones. Nuestra vida pasará como el rastro de una nube, y se desvanecerá como neblina perseguida por los rayos del sol y vencida por su calor.
[y, por supuesto, rechazaban la posibilidad de un Juicio en el que se nos exigieran responsabilidades]
5 Nuestra vida es como el paso de una sombra; cuando llega nuestro fin, no podemos regresar. El destino del hombre queda sellado; nadie puede ya volver atrás. 6 ¡¡Por eso, disfrutemos de los bienes presentes y gocemos de este mundo con todo el ardor de la juventud! 7 ¡¡Embriaguémonos del vino más costoso, y de perfumes! ¡¡No dejemos pasar las flores de la primavera! 8 Coronémonos de rosas antes de que se marchiten; 9
que en nuestras orgías no falte ninguno de nosotros. Dejemos por todas partes huellas de nuestra alegría: ¡¡eso es vivir; para eso estamos aquí! 10 ¡¡Aplastemos al hombre honrado que no tiene dinero, no tengamos compasión de la viuda ni respetemos las canas del anciano! 11 Que la fuerza sea para nosotros la norma de la justicia, ya que la debilidad no sirve para nada. [Hasta aquí queríamos llegar: todos los anteriores razonamientos nos sirven para justificar la búsqueda desenfrenada del placer, orgías e injusticias... aunque todo esto nos lleve más a la angustia vital que a la felicidad]
12 Pongamos trampas al bueno, pues nos es molesto; se opone a nuestras acciones, nos reprocha que no cumplamos la ley y nos echa en cara que no vivamos según la educación que recibimos. 13 Dice que conoce a Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. 14 Es un reproche a nuestra manera de pensar; su sola presencia nos molesta. 15 Su vida es distinta a la de los demás y su proceder es diferente. 16 Nos rechaza como a moneda falsa y se aparta de nuestra compañía como si fuéramos impuros. Dice que los buenos, al morir, son dichosos,
y se siente orgulloso de tener a Dios por padre. 17 Veamos si es cierto lo que dice y comprobemos en qué va a parar su vida. 18 Si el bueno es realmente hijo de Dios, Dios le ayudará y le librará de las manos de sus enemigos. 19 Sometámosle a insultos y torturas, para conocer su paciencia y comprobar su resistencia. 20 Condenémosle a una muerte deshonrosa, pues, según dice, tendrá quien le defienda.

Estos últimos versículos son los más actuales: el Mundo no soporta que se le recuerde que está equivocado, que la felicidad no está en el placer o el egoísmo, que su rechazo de Dios es la causa de su angustia... e insulta y deshonra a los que ponemos en Dios nuestra confianza... y así alcanzamos la felicidad ya aquí en esta tierra.... ¡ande yo caliente... y ríase la gente!

21 Así piensan los malos, pero se equivocan; su propia maldad los ha vuelto ciegos. 22 No entienden los planes secretos de Dios ni esperan que una vida santa tenga recompensa; no creen que los inocentes recibirán su premio.
23 En verdad, Dios creó al hombre para que no muriese, y lo hizo a imagen de su propio ser; 24 sin embargo, por la envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la sufren los que del diablo son.


Como dijo Kierkegaard, "La puerta de la felicidad se abre hacia afuera, y el que intentase forzarla en sentido contrario la cerraría más fuertemente". Pidamos a Dios la Sabiduría necesaria para no ser tan atrasados como los actuales progresistas que caen en los mismos errores de hace 23 siglos... la Sabiduría que nos enseñe en nuestra vida a abrir la puerta de la felicidad.

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