miércoles, 10 de septiembre de 2008

La conversión, ¿es convencimiento o flechazo?

Recientemente, el Papa Benedicto XVI comentaba la conversión de San Pablo y nos recordaba que el Cristianismo no es ni una filosofía ni una moral, sino un encuentro personal con Cristo. Además, afirmaba que el propio interesado, San Pablo, nunca admitió que su encuentro con Cristo en el camino de Damasco fuese una conversión, ya que el cambio de su vida no fue fruto de una evolución intelectual o moral, sino una renovación instantánea, derivada exclusivamente de ese encuentro. "Sólo somos cristianos si encontramos a Cristo", explicó el pontífice.

Esto significa que todos los esfuerzos por explicar la Biblia, la moral o la concepción social cristiana -incluidos los que hago desde este blog-, no sirven para acercar al Cristianismo a nadie si éste no experimenta su encuentro con Cristo: es necesario "...tocar el corazón de Cristo y sentir que Él toca el nuestro. Sólo en esta relación personal con Cristo, sólo en este encuentro con el Resucitado nos convertimos realmente en cristianos" -afirmó el Papa.

¿Dónde encontrase con Cristo? También el Papa nos da la respuesta: "...en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia".

Los que estamos en esto de "razonar" la fe, a veces olvidamos que no se trata de "convencer" a nadie, sino de "tocarles el corazón"; olvidamos que no somos apóstoles de la moral, la familia, la vida o la justicia social, sino que somos apóstoles de Cristo, y que es a Cristo a quien debemos llevar a los demás para que el mismo Cristo les toque el corazón.

Con frecuencia nos desanimamos ante la ideología hostil que nos rodea; y nos olvidamos que el Cristianismo se difundió más con "el flechazo" que con "el razonamiento".


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P.D.: Si alguien está interesado en encuentros personales con Cristo, le remito a mi entrada de 20-3-07, en la que comento la impresión que me causó un Cursillo de Cristiandad.

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