miércoles, 14 de abril de 2010

Pero, ¿de quién es la culpa?

No quería terminar los comentarios sobre las acusaciones de abusos sin añadir esta última opinión personal.

Como decía en la entrada anterior, el pecado es de los abusadores, no de la institución sacerdotal ni de la Iglesia. Pero, ¿tiene alguna culpa la jerarquía eclesiástica?; ¿tenemos culpa los fieles cristianos?

Por supuesto, existiría culpa en todos los casos en los que esa conducta se ha ocultado para evitar el escándalo o proteger a la Iglesia, siempre que no se hubiesen tomado, además, las debidas medidas de separación del culpable; y no basta con un trasalado de parroquia.

Pero también querría referirme a otro tipo de culpa. Muchos eclesiásticos llevan años trivializando y relativizando el pecado, relajando la exigencia moral y hablando mucho más de "amor" que de compromiso y exigencia; se ha abandonado la enseñanza de la moral. El propio ministerio sacerdotal se ha planteado mucho más despegado de la autoridad eclesiástica; y en muchas órdenes religiosas la desobediencia al Magisterio está a la orden del día. Los más progresistas incluso justifican abiertamente la homosexualidad [en muchas confesiones protestantes se ordena incluso obispos que se declaran homosexuales prácticos]. En definitiva, los cristianos hemos relajado nuestra santidad y esto se ha traducido en el descarrío moral de la sociedad; y, por contagio, de algunos sacerdotes y religiosos...

Y en esto sí tenemos toda la culpa: el cometido del Cristianismo es santificar la sociedad; y hemos fracasado por falta de santidad personal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario