jueves, 20 de noviembre de 2014

El cristianismo es religión de pecadores.

Sí, el Cristianismo es religión de pecadores. y este no es un invento mío, sino una afirmación rotunda de su propio Fundador: no he venido a llamar a los justos sino a los pecadores (Mc 2, 17); y pronuncia esta frase precisamente después de haber llamado a Leví (Mateo), considerado pecador público y traidor a su pueblo. No es por tanto una mera expresión, sino la confirmación de lo que acaba de hacer.
Si el cristianismo consiste en seguir a Cristo, los llamados a seguirlo somos los pecadores.
Y por si no nos había quedado claro, volvió sobre el tema con ocasión de que la Magdalena le ungiese los pies con perfume: Al que poco se le perdona, poco ama.... (Lc 7, 41-47); y así le perdona a esta pecadora pública sus muchos pecados, porque ha amado mucho...
Si fuésemos perfectos y no tuviésemos falta alguna, ¿qué tendría que perdonarnos? ¿cuanto le amaríamos si no nos tuviese que perdonar nada? Porque lo importante no es ser inmaculados, sin tacha alguna, sino amar y amar mucho...; y precisamente porque amamos, trataremos de no caer en la tentación...

Por todo esto, resulta muy absurdo ese afán de algunas instancias cristianas (eclesiásticas o no) de presentar a los cristianos, nuestras instituciones o a los miembros relevantes de la jerarquía, como perfectos. Ese afán de perfección no solo nos hace quedar en ridículo con mucha frecuencia, sino que espanta a los que se sienten atraídos por el mensaje evangélico, pero son muy conscientes de que su debilidad no les permitirá seguirlo en su integridad... ¡ni a ellos ni a nadie!

No hay comentarios:

Publicar un comentario