martes, 1 de mayo de 2007

¿Es difícil ser católico?

Hace poco oí una afirmación que me impactó: "Ser católico es difícil... pero es mucho más difícil no serlo".

Si uno se para un poco a pensarlo, descubre que es completamente cierto. Nuestro compromiso cristiano tiene algunas exigencias que se compaginan muy mal con la vida actual; pero a cambio nos dota de un orden de valores que nos permite guiarnos en medio de este caos de ideologías y absurdos... y esto sin mencionar la ayuda de la Gracia de Dios, que es la que nos saca adelante.

En concreto,

¿Cómo establecer el objetivo de nuestra vida, si el criterio es seguir en cada momento el deseo?
¿Cómo mantener un matrimonio y una familia, si el criterio es seguir el sentimiento y evitar todo compromiso?
¿Por qué respetar al prójimo, sin no tenemos un Padre que nos hermana?
¿Como afrontar el dolor, si el objetivo vital es conseguir el placer?
¿Cómo estar satisfechos de nosotros mismos, si no tenemos un código que nos distinga lo bueno de lo malo?
¿Cómo evitar la angustia vital, cuando no hay Esperanza?
¿Qué consejo dar a quien nos pregunta?... ¿Y si es un hijo...?

Efectivamente, ser católico aparentemente impone algunas cargas... pero no son cargas, son las instrucciones para alcanzar la felicidad...

Pero, ¡qué difícil alcanzarla sin esas instrucciones!

No hay comentarios:

Publicar un comentario