viernes, 9 de abril de 2010

Las acusaciones a la Iglesia Católica

Arrecian las acusaciones contra sacerdotes por temas de abusos. Pero en todo este ataque, que en definitiva va dirigido contra la Iglesia, se observa una clara actuación diabólica. No es porque las acusaciones no sean ciertas, que por desgracia sí deben serlo [aunque también habrá falsedades y ganas de revanchismo], sino por la orquestación de todo ello y la hipocresía que manifiesta la sociedad al escandalizarse tanto.

En efecto, la sociedad actual ha trivializado el sexo como si no tuviese la menor importancia; se promueve la homosexualidad ya desde las escuelas; se ridiculiza la fe, el celibato y la acción de la Iglesia. Pero cuando es un sacerdote el que incurre en homosexualidad con niños y jóvenes [lo que tanto a mí como a la Iglesia nos parece intolerable], esa sociedad tan tolerante con los demás, se rasga las vestiduras hipócritamente. Sin embargo, cuando los movimientos gays piden la liberalización de las relaciones sexuales con niños, a nadie le parece mal; o, al menos, nadie se escandaliza.

¿Por qué este doble rasero? Pues creo que es debido a que, en el fondo, todos son conscientes de que una relación sexual es algo importante, que debe tenerse una vez alcanzada la madurez y consentirse libre y conscientemente; en privado, todos reconocen la homosexualidad no es la forma natural de sexo; y, en su fuero interno, admiten que la Iglesia es la guardiana del último rescoldo de moralidad, y que sus ministros célibes, religiosos y religiosas habitualmente dan ejemplo y desarrollan una magnifica labor educativa en este sentido.

Por esto, veo que es diabólico que la sociedad simultanee la trivialización de la moral con la exigencia de que los religiosos sigan siendo los guardianes de esa misma moral.

Sólo Satán puede inducir tanta incoherencia y tanta hipocresía.

1 comentario:

  1. Date cuenta que estos del carnaval revolucionario no quieren matizar cuantos de los abusos sexuales imputados a religiosos son de índole homosexual.
    Lo cual es importante pues descarta la causalidad basada en el celibato.

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