miércoles, 17 de noviembre de 2010

La información y el deseo

He comentado anteriormente en alguna entrada que nos encontramos en la cultura del deseo, y de la satisfacción inmediata de dicho deseo. También puede constatarse la obsesión que existe actualmente por la información: ni siquiera llega a saciarnos la cantidad ingente de información que se puede recibir fácilmente por internet.

He leído una explicación a esto que no es nueva -ya que proviene de un libro escrito a principios del siglo XX-, pero que es perfectamente aplicable a nuestro tiempo.

El hombre actual tiene prisa porque ha perdido la Esperanza: si no espera ya nada, ¿por qué retrasar la satisfacción de sus deseos? Así explicado, el comportamiento parece lógico: disfrutemos lo más posible y lo antes posible, pues se puede acabar en cualquier momento... y después ya no hay nada. Pero el placer no da la Esperanza ni la felicidad.

Lo mismo ocurre con la información: el hombre actual ha perdido la Fe, ya sólo se cree lo que pueda constatar en un medio informativo "de confianza". También esta conducta es lógica: ¿cómo alcanzar la sabiduría si no se tiene Fe? Pues tratando de acumular la mayor cantidad de información posible... y lo antes posible. Pero el conocimiento sin Fe no da la sabiduría. Qué bien sabía esto la Madre Teresa de Calcuta, cuando afirmaba que ella estaba perfectamente informada de todo, precisamente porque... ¡no leía los periódicos ni veía la televisión!


Y el hombre moderno ha sustituido la Caridad -el amor- por el sexo.

¿Qué queda del hombre sin esas tres virtudes? Ahora se explica la angustia vital que invade nuestra civilización.

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