martes, 26 de abril de 2011

La firma de Dios

Muchos ateos y agnósticos basan su postura en la queja de que dios debería haber firmado su obra una vez terminada la creación, así no nos resultaría tan difícil reconocer su existencia. La verdad es que esta es una postura tentadora y que a mí también me hubiese gustado poder ver claramente la firma de Dios en su creación.
Por otra parte, todo esto depende de lo que se considere como firma, ya que Dios sí ha dejado muchas huellas de su paso por la creación. algunas de esta huellas podrían ser las pruebas de Santo Tomás y el reconocimiento de que entre lo creado hay aspectos espirituales que no pueden tener explicación con la mera materia.
Pero lo que yo considero la gran firma de la creación -al menos de la creación del hombre-; y que es bastante más que una firma o una simple huella es el paso de Jesucristo por la Tierra.
Y es que Jesucristo, el Dios hecho hombre -con su naturaleza divina y su naturaleza humana en una única persona- es la firma más completa que se puede plasmar: Dios firma con toda una naturaleza humana. Y más que una huella, se trata de todo un rastro, ya que puede seguirse; y si se sigue con constancia se acaba encontrando a Dios sin lugar a dudas.
Es una firma tan intensa, que puede incluso amarse; y es ésta la manera más segura de acabar encontrando a Dios.
Estamos ahora en la octava pascual, celebrando la resurrección del Señor: la firma viva que Dios quiso imprimir en la naturaleza humana y en toda la creación.
Y si alguien duda que la naturaleza humana y divina de Jesucristo es la firma de Dios, su huella más profunda en la creación y todo un rastro que puede ser seguido, que estudie con detenimiento el mensaje evangélico, que trate de seguirlo; y le aseguro que comprobará la autenticidad de la firma divina... y mucho más.
¿Alguien puede dudar de que el rastro de Cristo en la tierra no es divino? 

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