lunes, 5 de marzo de 2012

¿Triunfará el cristianismo?

Sigo con mi entrada anterior, en la que recomendaba el triunfo del cristianismo como solución para cualquier crisis. Y viene la pregunta: ¿triunfará alguna vez el cristianismo?; y quizá alguien también se pregunte: ¿por qué no ha triunfado ya si es tan bueno?
La respuesta a ambas cuestiones es muy simple: el cristianismo ni ha triunfado ni triunfará en sociedad alguna porque los cristianos en realidad no queremos.
Me explicaré. 
El problema es que los cristianos, como individuos o como grupos concretos, queremos que triunfen sólo aquellos valores que nos parecen más importantes; o quizá, aquellos que nos parecen más cómodos o provechosos para nosotros mismos o nuestro grupo. 
Profundizaré un poco más. 
Hay un grupo de cristianos a los que podríamos llamar "conservadores" que ponen todo su esfuerzo en mantener la moral cristiana y el culto; es decir, tratan de imponer a los demás "su" moral; y esta meta la sitúan muy por encima de otras necesidades que ese prójimo pueda tener. "Tienes que ser decente y conformarte con la vida que Dios te ha dado", parecen decir muchos cristianos acomodados a los ciudadanos menos favorecidos por la fortuna.
Hay otros cristianos que podríamos llamar "progresistas", a quienes la doctrina social de la Iglesia les parece lo principal y tratan de que triunfe a todas costa, incluso aliándose con sus propios enemigos (como hizo la teología de la liberación con las doctrinas marxistas). A estos cristianos la moral y el culto no les importa casi nada, la meta es establecer la justicia social que Cristo vino a predicar a la Tierra (ignorando que Cristo jamás habló de justicia social).
Y el problema es éste: ninguno de esos grupos está interesado en que triunfe el cristianismo total, aquella doctrina que conjuga la moral y el culto con la justicia social. Y no quieren que triunfe porque les parecería muy exigente: al moralista, porque no le apetece compartir los bienes que Dios le ha dado; al progresista, porque no está dispuesto a pagar el precio de la moral para alcanzar su objetivo social. 
Y así nos va, a los cristianos y a los no cristianos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario