viernes, 16 de octubre de 2020

Dios ama a los pecadores

Dios es metafísicamente opuesto al pecado, ya que el pecado es "lo que es malo para el hombre" (como lo definía Santo Tomás).

Entonces, ¿cómo puede amar al pecador? Está claro: porque el pecador es hombre, criatura de Dios; y Dios ama a sus criaturas.

Dios aborrece el pecado, porque supone la transgresión de la norma que Él estableció al crear al hombre; y también supone el rechazo de su amor paternal.

Pero una cosa es aborrecer la "obra" y otra muy distinta dejar de amar "al que obra"...

Pero: ¿es esto posible? Ciertamente.

¿Cómo puede ama una madre a su hijo drogadicto, delincuente, terrorista, pederasta, degenerado, incluso al que la maltrata? Por supuesto, ella odia la droga, el delito y la degeneración...; pero no puede odiar al hijo de sus entrañas...

"Pues si vosotros, que sois malos, dais cosas buena a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre del cielo os dará cosas buenas?... (Mt 7, 11)

Si una madre puede amar así a un hijo, ¿cómo no va a amarlo su padre del cielo?

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