viernes, 31 de octubre de 2014

Lucy

Seguimos con películas. En Lucy (Francia, 2014: dirigida por Luc Besson y protagonizada por Scarlett Johansson y Morgan Freeman) se nos presenta la potencialidad del cerebro humano, que si llegase a rendir al 100% de su capacidad lograría cosas asombrosas.
Es como llevar al extremo la teoría de la evolución. No es que en la película se diga expresamente, pero se deja claro que el hombre, que ha evolucionado como fruto de la casualidad desde una energía-materia (por supuesto, para nada se menciona una inteligencia creadora) puede llegar a dominar solo con su voluntad no sólo su cuerpo, sino también los de los demás e incluso todo el cosmos. El hombre puede llegar a convertirse en Dios omnipotente y omnipresente.
Es curioso como en esta película de ciencia ficción (que refleja la concepción occidental sobre la evolución) se rechaza la existencia de Dios como origen de todo (y esto evita que tengamos que rendir cuentas a ningún creador); pero se admite que ese Dios pueda aparecer al final como simple evolución del hombre (y así el hombre sólo se tendría que rendir cuentas a sí mismo).
A ver si la ciencia (aunque sea ficción) se aclara:¿ si no existe algo más allá de la energía-materia, anterior a ella, cómo pueden aventurar que exista algo más allá de dicha materia, posterior a ella?
Y es que la ciencia (aunque sea ficción) sabe que no sabe lo que existe más allá de la materia... por mucho que se empeñe en negarlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario