lunes, 26 de diciembre de 2005

El mejor amante.

Como estamos en fechas navideñas, creo que debemos volver a hablar de amor.

Si el amor es algo tan importante en nuestra vida, debemos buscar maestros que nos enseñen... He estado pensando y, por supuesto, los mejores amantes no se pueden encontrar entre esos personajes que nos presenta la prensa del corazón... personas que tienen fama de "expertos en amor" porque han tenido "muchos amores". Precísamente en este tema, el tener mucha experiencia es síntoma de que el trabajo se realiza mal: el mejor amante es el que sólo tiene un gran amor y lo mantiene toda su vida.
La verdad es que las más grandes expresiones de amor las he encontrado en personas que, en su mayor parte, ¡ni siquiera estaban casadas! Y es que, como el amor es una manifestación de la espiritualidad de la persona -una de las potencias del alma-, se es mejor amante cuanto más se cultiva el espíritu. Por supuesto, el mejor amante de todos los tiempos fué Jesucristo: quien mejor conoce al hombre y quien más dio por el hombre. Y así, he comprobado que los ejemplos de amor más intensos se encuentran entre los amantes de Jesucristo.

A continuación te transcribo algunos... el que pueda añadir más, que los envíe en un comentario:


San Agustín, obispo de Hipona:

Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.

Tarde os amé, Dios mío, hermosura tan antigua y tan nueva; tarde os amé. Vos estabais dentro de mi alma, y yo distraído fuera, y allí mismo os buscaba: y perdiendo la hermosura de mi alma, me dejaba llevar de estas hermosas criaturas exteriores que Vos habéis creado. De lo que infiero que Vos estabais conmigo, y yo no estaba con Vos; y me alejaban y tenían muy apartado de Vos aquellas mismas cosas que no tuvieran ser si no estuvieran en Vos. Pero Vos me llamasteis y disteis tales voces a mi alma, que cedió a vuestras voces mi sordera. Brilló tanto vuestra luz, fue tan grande vuestro resplandor, que ahuyentó mi ceguedad. Hicisteis que llegase hasta mí vuestra fragancia, y tomando aliento respiré con ella, y suspiro y anhelo ya por Vos. Me disteis a gustar vuestra dulzura, y ha excitado en mi alma un hambre y sed muy viva. En fin, Señor, me tocasteis y me encendi en deseos de abrazaros
. (San Agustín, Confesiones, libro X, cap. 27, 38)

Santa Teresa de Jesús:
Importa mucho y el todo... una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabaje lo que trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allí, siquiera muera en el camino o no tenga corazón para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo. (Camino de Perfección.)

San Juan de la Cruz:
COPLAS DEL ALMA QUE
PENA POR VER A DIOS:
Vivo sin vivir en mi
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
1. En mí yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo;
pues sin él y sin mí quedo,
este vivir, ¿qué será?
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
2. Esta vida que yo vivo
es privación de vivir;
y así, es contino morir
hasta que viva contigo.
Oye, mi Dios, lo que digo,
que esta vida no la quiero;
que muero porque no muero.
3. Estando absenté de ti,
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padescer,
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero porque no muero.
4. El pez que del agua sale
aun de alivio no caresce,
que en la muerte que padesce,
al fin la muerte le vale.
¿Qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo, más muero?
5. Cuando me pienso aliviar
de verte en el Sacramento,
háceme más sentimiento
el no te poder gozar;
todo es para más penar,
y muero porque no muero.
6. Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte
se me dobla mi dolor;
viviendo en tanto pavor
y esperando como espero,
muérome porque no muero.
7. Sácame de aquesta muerte,
mi Dios, y dame la vida;
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte;
mira que peno por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
8. Llórate mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será
por no verte como quiero,
cuando yo diga de vero:
vivo ya porque no muero?

CANTICO ESPIRITUAL
Canciones entre el Alma y el Esposo:
Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura.

Beata Madre Teresa de Calcuta:

"Amad hasta que os duela el amor".
"El éxito del amor reside en el mismo amor, no en el resultado de ese amor".

Lope de Vega:

SONETO A JESÚS CRUCIFICADO:
¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno escuras?
¡0h cuánto fueron mis entrañas duras
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de tus plantas puras!
¡ Cuántas veces el ángel me decía:
"Alma, asómate agora a la ventana;
verás con cuánto amor llamar porfía!"
¡Y cuántas, hermosura soberana,
"mañana le abriremos", respondía,
para lo mismo responder mañana!

Francisca Javiera del Valle:

Mil vidas si las tuviera
daría por poseerte,
y mil... y mil más yo diera...
por amarte si pudiera...
con ese amor puro y fuerte
con que Tú, siendo quien eres...
nos amas continuamente.

A Dios hay que buscarle, servirle y amarle desinteresadamente; ni por ser virtuoso, ni por adquirir la santidad, ni por la gracia, ni por el cielo, ni por la dicha de poseerle, sino sólo por amarle; y cuando nos ofrece gracias y dones, decirle que no, que no queremos más que amor para amarle, y si nos llega a decir pídeme cuanto quieras, nada, nada le debemos pedir; sólo amor y más amor, para amarle y más amarle.

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