domingo, 20 de octubre de 2013

Encíclica Lumen Fidei

Estamos en el año de la Fe y el Papa ha publicado su primera encíclica sobre este tema. Ya el título es muy revelador: Lumen Fidei. La Luz de la Fe. Porque como el Papa no se cansará de repetir a lo largo de toda la encíclica, la Fe es más una Luz que un mero convencimiento. Es la luz que nos permitirá ver el amor y comprendernos a nosotros mismos.

Una primera idea: en Occidente hemos tratado de eliminar la fe de nuestra vida, como si fuese algo totalmente pasado, como si la fe ya no fuese una forma posible de conocimiento. Pero es curioso que lo hemos hecho sólo en el ámbito de lo espiritual: hemos eliminado la fe religiosa como algo absurdo; sólo puede creerse aquello que puede ser comprobado empírica o científicamente; lo demás no es conocimiento válido. Y pensamos que después de esta eliminación todo puede seguir funcionando igual, porque hemos eliminado algo no sólo superfluo, sino incluso inconveniente.

Veamos si esto es así. Eliminemos la fe de los otros ámbitos de la vida, no sólo del espiritual. Eliminemos la fe de la vida ciudadana, de la comunicaciones, de la enseñanza, de las relaciones comerciales, etc. etc. Porque aunque no nos demos cuenta, estamos constantemente ejercitando nuestra fe en los demás, en lo que nos dicen. Imagináos que no nos creyésemos ninguna noticia si no la hemos comprobado personalmente. O que no comprásemos ningún producto en el supermercado sin abrir la caja y comprobar lo que tiene. Que los alumnos no se creyesen lo que les dicen sus maestros, sino que se empeñasen en comprobarlo; y por supuesto no se creerían ninguna verdad científica, por mucho que haya sido comprobada, ya que no se creerían esa comprobación... O que simplemente no nos creyésemos que los demás van a respetar un semáforo rojo, o que van a funcionar los frenos de nuestro coche,que acabamos de sacar del taller, o que el avión en el que nos hemos montado va a soportar nuestro peso, o el barco seguir a flote...
 
Es evidente que la vida como la conocemos no sería posible sin un constante ejercicio de fe; porque sin la fe como una de las fuentes del conocimiento, la vida y el progreso son imposibles.

Pues bien, nuestro mundo libre occidental se ha edificado sobre la fe cristiana, sobre la fe en la dignidad intrínseca de cada hombre porque todos somos hijos iguales de un mismo Dios. Y ahora se ha eliminado toda esta fe y se pretende que esto no tendrá consecuencias, y consecuencias graves.

Pues yo creo que esas consecuencias ya las estamos sufriendo y son muy graves; pero claro nadie quiere reconocer a qué son debidas aunque cada vez son mas evidentes. Porque reconocer esto ya sería un ejercicio de fe...; preferimos creernos cualquier otra explicación que se invente el listillo de turno.

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