viernes, 5 de marzo de 2010

Dios cambió su forma de hacer Justicia

Decíamos hace unas entradas que la justicia de Dios es muy distinta de la humana; y poníamos como ejemplo la Redención, en la que el Justo muere y el culpable recibe la gracia.

Esta es la actitud que Dios nos pide: durante el Antiguo Testamento Dios acude para hacer Justicia con su pueblo, liberándole de sus enemigos o incluso castigándole por sus culpas. Pero desde la Redención, ha dejado de ejercer esa Justicia directa: ni nos castiga abiertamente por nuestras culpas, ni nos libra de nuestros enemigos. Lo primero, porque hemos sido rescatados por Cristo al precio de su sangre; y Dios esperará a que Él venga a juzgarnos. Lo segundo, porque nos pide que -a ejemplo de Cristo- también nosotros nos entreguemos para liberar a nuestros enemigos.

Desde la Redención debemos ser también co-redentores.

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