jueves, 20 de septiembre de 2018

El pecado

Dios no quiere que pequemos, pero no por una manía suya de imponernos su voluntad, sino por puro amor: Él es quien mejor que nadie conoce nuestra naturaleza y lo que es bueno para ella y para nuestra felicidad; por eso, porque quiere que seamos felices, porque nos ama, es por lo que rechaza nuestro pecado.
Por supuesto, nuestro rechazo de sus normas, en definitiva de su amor, también es una ofensa hacia Aquél que tan bien nos quiere; y es por esto por lo que nosotros debemos evitar el pecado: no por el castigo, ni por sometimiento a un Ser superior (como ocurría en el Antiguo Testamento y en tantas otras religiones), sino porque no queremos ofender a quien nos ama y quisiéramos amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario