miércoles, 8 de diciembre de 2010

Al César lo que es del César

Hay que dar al César lo que es del Cesar. Y evidentemente, la administración de Justicia es algo que compete al Estado, a través del poder judicial; y con la mayor independencia posible.


Pero una cosa es que el Estado administre justicia y otra muy distinta que se "invente la justicia". Porque la Justicia es algo que nos viene dado por la Ley Natural, los derechos Humanos o como se le quiera llamar. Y la Justicia tiene un marco que no se puede saltar ni el Estado ni el Parlamento, por muy democráticamente que se haya constituido: el derecho a la vida es universal, los derechos de las minorías son tan inviolables como los de las mayorías.


¿Y qué ocurre cuando la razón humana se oscurece por la ambición, el odio, la revancha, etc? Entonces, el hombre ya no sabe distinguir la auténtica Justicia, el Derecho Natural o los Derechos Humanos. Cuando la razón se oscurece (y hemos tenido muchos episodios de oscurecimiento en la Historia, especialmente en el siglo XX), sólo nos queda la Fe: aceptar la autoridad de un Ser superior, que se nos ha revelado. En este caso, la Fe se presenta como la sabiduría natural de la humanidad: la norma última, que no puede eludirse y marca los límites del obrar humano, político y social...

El Estado administra la Justicia...; pero dentro de los límitess que le vienen impuestos.

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