domingo, 3 de febrero de 2013

La Fe no es mero convencimiento

La Fe práctica no debe contentarse con asentir a las verdades que se nos proponen. El creyente no puede actuar como el alumno que se cree un teorema que no entiende. La Fe, o se pone en práctica o es un conocimiento estéril.
Como nos dice Benedicto XVI en su carta Porta Fidei, la Fe debe anclarse firmemente en el corazón, para que pueda tener reflejo en nuestra vida. De nuevo en su último libro sobre Jesús de Nazaret (el que se refiere a la infancia del Señor), se queja de que a veces el estudio de nuestro Credo se queda en disquisiciones académicas, sin influir en nuestra vida.
A veces la teología se agota en la disputa académica, hablamos de nuestro Credo, de nuestros Sacramentos, de los preceptos, de nuestra moral y los diseccionamos y estudiamos la mejor manera de cumplirlos. Pero si no ponemos en ello nuestro corazón -el amor de Dios y a Dios-, estamos convirtiendo la religión en una disciplina más, en una teoría sin raíz en nuestra vida. La religión debe ser como la gimnasia, quedarse en su estudio teórico no sirve para nada, porque no hace ningún bien ni al cuerpo ni al alma.

Nuestra. Fe, o esta en el corazón o no es fe, es simple teoría.

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