jueves, 28 de febrero de 2013

Prioridad de la fe, primado de la caridad

Éste es el título de la cuarta y última parte de la carta cuaresmal de este magnífico Papa que se nos está yendo en estos momentos. Ya sé que vamos a querer muchísimo al próximo, pero eso no evitará que echemos de menos a Bendicto XVI, al igual que echamos de menos a Juan Pablo II...
Volvamos a la carta cuaresmal...
Esta cuarta parte es el resumen de todo lo anterior, la aclaración final. Primero se produce la Fe, el conocimeinto de lo divino; e inmediatamente nace la adehesión del corazón a la verdad conocida. Si no es así, es que entonces no hemos captado esa verdad...
Dejemos explicarse al Papa:
La fe, don y respuesta, nos da a conocer la verdad de Cristo como Amor encarnado y crucificado,... la fe graba en el corazón y la mente la firme convicción de que precisamente este Amor es la única realidad que vence el mal y la muerte. Por su parte, la caridad nos hace entrar en el amor de Dios que se manifiesta en Cristo, nos hace adherir de modo personal y existencial a la entrega total y sin reservas de Jesús al Padre y a sus hermanos. Infundiendo en nosotros la caridad, el Espíritu Santo nos hace partícipes de la abnegación propia de Jesús: filial para con Dios y fraterna para con todo hombre. Todo parte de la humilde aceptación de la fe («saber que Dios nos ama»), pero debe llegar a la verdad de la caridad («saber amar a Dios y al prójimo»)...
Que el Padre otorgue a Benedicto XVI la paz que se merece y el Espíritu ilumine a los que han de elegir a su sucesor, para que se dejen guiar por sus mociones y no por sus preferencias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario