miércoles, 1 de enero de 2014

Evangelii Gaudium: con optimismo.

Llama la atención el optimismo del Papa, que, sin negar la crudeza de nuestro tiempo, nos anima a confiar con paciencia tanto en la acción de Dios -que es el principal interesado en la evangelización- como en la bondad de fondo de las gentes:
Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaña...
en contraposición con
...la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre. El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza ansiosa y egocéntrica.
Y por esto identifica las peores tentaciones que puede sufrir un evangelizador: el individualismo, el complejo de inferioridad, refugiarse en seguridades económicas o de poder, búsqueda del propio tiempo libre, falta de espiritualidad que impregne la acción, proponerse tareas irrealizables, tener prisa por cosechar los frutos, diseñar proyectos imaginados por la vanidad, cuidar más las organizaciones que las personas, no tolerar las contradicciones y las cruces del camino:
...así la fe se desgasta y lleva a una tristeza dulzona, sin esperanza...

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