miércoles, 22 de agosto de 2018

Amar las carencias

Si el amor es buscar el bien del otro, más que sus virtudes, lo que nos perfecciona en el amor son sus carencias, sus defectos; porque estos son los que nos permitirán buscar su bien, dándole lo que le falta. 
El secreto de un matrimonio es la administración de las carencias. Primero, reconocer las propias carencias -que es la humildad- que nos llevará a pedir la gracia y la ayuda para superarlas: este es el comienzo de la solución. Después, perdonar siempre las carencias del otro, porque dejar de perdonar es desesperar del otro, pensar que ya no tiene solución.
Recordemos el himno al amor de san Pablo (1 Cor 13 4-7):
El amor es paciente, es bondadoso. 
El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 
No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 
El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 
Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

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