viernes, 18 de abril de 2008

La mentira y el pecado

Dos cosas nos quitan la libertad: la mentira y el pecado. La mentira porque nos impide elegir con conocimiento de causa, por lo tanto, no hacemos lo que queremos, sino lo que nuestra ignorancia nos obliga a hacer. El pecado, porque nos esclaviza. Ambos son armas del maligno: padre de la mentira e incitador al pecado.

Entresaco del libro Jesús de Nazaret de Benedicto XVI las siguientes frases: El núcleo de la revelación bíblica es el Decálogo, que no queda abolido [con el Nuevo Testamento] sino que resplandece con mayor claridad en toda su profundidad y grandeza. La voluntad de Dios nos introduce en la verdad de nuestro ser, nos salva de la auto destrucción producida por la mentira. Dice Jesús: "Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió".

Es decir, es la mentira lo que nos destruye, precisamente por ser lo opuesto a la voluntad de Dios; luego la mentira es el pecado y el pecado es la mentira. Ambas son la misma cosa: ¿no es el pecado la mentira con la que satán quiere destruirnos? El "seréis como Dioses" que prometió a nuestros primeros padres y nos promete a todos constantemente, ¿no es a la vez pecado y mentira; mentira y pecado?

"La verdad os hará libres"; y se podría añadir: "La verdad os liberará del pecado".

¡Hoy, quizá más que nunca, es imprescindible buscar la verdad!

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