lunes, 15 de octubre de 2012

El Creador, encarnado.

Pero el Cristianismo es mucho más grande y profundo que el símil de Pinocho. Porque para ayudarnos a dar el salto a la vida espiritual, nuestro Geppeto se hace juguete y asume todas las limitaciones que eso conlleva. Y lo hace para poder guiarnos por el camino contrario. Dios se hizo Hombre, para que los hombres pudiésemos llegar a ser dioses.

Y así primero soportó todas nuestras limitaciones y fatigas; y permitió que le afectasen los errores de los demás hombres: incomprensión, envidia, injurias, traiciones, odio, hipocresía, burlas, juicio, condena y ajusticiamiento… abandonado por todos sus amigos. Y también quiso gozar de todos los bienes que el hombre puede alcanzar en esta Tierra: cariño, amistad, amor, alegría, alabanza, devoción, …
Con este guía y maestro, ¿no nos atreveremos a dar el salto?

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