jueves, 1 de noviembre de 2012

La determinación fundamental

También he oído llamar la opción fundamental a esta transformación que cambia radicalmente nuestra vida, con independencia de que sigamos arrastrando nuestros defectos cotidianos. Por supuesto es un acto totalmente voluntario, que se nos suscita por acción de la gracia de Dios y que sólo podremos llevar adelante con ayuda de esa misma gracia de Dios. Realmente nuestro único mérito –si se le puede llamar así- es la decisión voluntaria de cambiar de actitud. Y a Dios le basta con esto para recibirnos y darnos tanta gracia como necesitemos para perseverar en esa opción fundamental.

Hay personas que se desaniman en los primeros momentos, porque ven lo lejos que está la perfección de sus posibilidades. Es un grave error. Por supuesto que la perfección está muy lejos de nuestras posibilidades: infinitamente lejos; pero Dios lo que pretende es nuestra decisión voluntaria, el resto lo hará Él cuando y como quiera.  Lo único que nos debe preocupar es permanecer en el camino correcto, la velocidad de avance es algo que sólo a Dios compete; y si Dios nos quiere lentos, pues iremos lentos; y si nos quiere rápidos, pues trataremos de ir rápido…
Permanecer en el camino, permanecer en Dios es lo que importa…

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