domingo, 26 de agosto de 2012

¿Consiente Dios el mal?


Entonces, ¿por qué Dios consiente la ausencia de bien, es decir lo que llamamos el mal?

Seguiremos dando vueltas a lo mismo, ya que para muchas personas esto es muy importante; y tratemos de recapitular.

Lo primero es repetir que el mal no existe, ni siquiera como intención: nadie busca el mal en sí mismo, sino que “los malos” –o nosotros, cuando hacemos el mal- buscan su propio bien –placer, poder o poseer; todas cosas buenas en su justa medida-, lo que ocurre es que lo buscan de una manera equivocada, que puede perjudicar a los demás y dejarles sin el bien que les es propio.

Lo segundo es que no debemos exigirle a Dios razones o explicaciones que coincidan con las nuestras, sino todo lo contrario. Somos nosotros los que debemos adecuar nuestros razonamientos a la realidad que comprobamos. Por tanto, si Dios ha consentido este estado de cosas, será porque es el mejor de los mundos posibles, aunque ante algunas barbaridades –recuérdense los crímenes masivos del comunismo o del nazismo- nos cueste aceptarlo. Y mucho menos llegar a esa conclusión absurda de que porque en ocasiones se aprecia la ausencia del Bien, entonces es que éste no existe nunca. Si apreciamos la ausencia del Bien es precisamente porque comprobamos su existencia en otros muchos casos.

Y en tercer lugar, sí podemos tratar de entender las razones que llevaron a Dios a crear un mundo así. Y la explicación más plausible que se me ocurre es que Dios nos quiso crear libres; es decir, con la potencialidad de hacer el bien o de no hacerlo. Y, ¿por qué nos quiso crear con la posibilidad de no hacer el bien? Pues porque es la única forma de que cuando hagamos el bien eso tenga algún mérito, pueda satisfacer a Dios. Como nos explica C S Lewis, si Dios hubiese creado un mundo de marionetas que sólo hiciesen lo que Él provocase moviendo los hilos, ¿qué satisfacción le podría producir el movimiento de éstas?

Dios es amor, y sólo el amor le puede producir esa satisfacción; y el amor es la más clara manifestación de la libertad.

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